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Peleles sin un titiritero (103-67)

  • El Betis hace el ridículo ante un Valencia sin bases ni Dubljevic y sigue hundido en la clasificación.

  • Ni jugadores ni el técnico mostraron la más mínima capacidad de reacción.

Nelson lidera un ataque.

Nelson lidera un ataque. / ACB Photos

La Real Academia de la Lengua (RAE) en una de sus acepciones define la vergüenza como la "turbación del ánimo ocasionada por la conciencia de alguna falta cometida, o por alguna acción deshonrosa y humillante". Casi habría que inventarse una palabra porque incluso esa palabra se queda corta para un Betis Energía Plus que, lejos de competir ante un Valencia sin bases ni Dubljevic, se arrastró por el parqué de la Fuente de San Luis convirtiéndose en una pieza más de la festiva jornada vivida por la afición local –homenajeó a los campeones de la Copa del Rey de 1998–, para ser barrido literalmente de la pista por 103-67, y gracias a que Txus Vidorreta y los suyos no quisieron hacer más sangre.

La quinta derrota consecutiva del conjunto hispalense (la decimoquinta de la temporada y la novena de Óscar Quintana en 13 partidos, un dato para tener en cuenta) fue de las más dolorosas del curso. El equipo fue una marioneta. Un juguete roto. Un pelele sin un titiritero capaz de dirigirlo en manos de un rival con hambre, ganas y actitud. Todo lo que le falta al plantel hispalense hoy por hoy.Aspectos fundamentales para ganar alguna vez más allá de la calidad del plantel. Porque la realidad es que con Mikel Úriz como primer base no se puede andar por la ACB. Tampoco sin un pívot que alguna vez domine ni un anotador que aparezca de forma regular.

También es difícil andar por la Liga Endesa con un entrenador que, si bien en diciembre pareció revivir al enfermo, es incapaz durante los encuentros de hacer reaccionar a los suyos y en dos finales como eran los duelos en Burgos y ante el Gipuzkoa la semana pasada no supo gestionar los instantes definitivos. Parece de cachondeo hacer presionar al equipo en el minuto 30 con 85-50 en el marcador. O sentar a Franch, acelerado es verdad, a los 6.30 minutos de partido y volverlo a sacar en el último cuarto. O ponerse a defender en zona ante el Burgos en los dos últimos minutos y encajar dos triples y no probar nada nuevo ante un Valencia que sólo en los primeros 20 minutos destrozó al Betis con un sonrojante 10/16 en triples.

Que hay que tomar alguna decisión deportiva de inmediato para no enfilar el camino hacia la LEB Oro es una realidad. ¿Pero quién las tomará? Quintana castigó a Draper y Zagorac ante el Gipuzkoa y el tiro le salió por la culata con la derrota; el director deportivo, Antonio Alonso, es el responsable de los fichajes del técnico y de un base como Draper que lejos de resolver los problemas en la dirección los ha acrecentado; y el presidente, Fernando Moral, trajo a Alonso.

En la Fonteta no hubo partido porque el Betis ni compareció. Kelly, que como Schilb está ya más preocupado de salvar sus estadísticas que de sumar para el colectivo (su nula defensa no se refleja en las estadísticas más allá de los puntos de su par en cada duelo), mantuvo a los suyos de inicio, pero desde el momento que comenzaron a tener espacios por fuera los triples taronja comenzaron a llover torrencialmente. Un parcial de 10-0 colocó el 18-6 y el señalado en el cuarto fue Franch, que se sentó dejando su lugar a Úriz mientras que los dos bases que más cobran de la plantilla, Draper y McGrath, esperaban su oportunidad, aunque tampoco son garantía de nada.Nelson contestó convirtiéndose en el minuto 8 en el segundo jugador verdiblanco que anotaba y después lo hizo Schilb, pero si en un cuarto sólo suman tres jugadores (de los siete que jugaron) un equipo como el Betis tiene un serio problema.

Pese a todo, el debe del conjunto hispalense estuvo otra vez atrás. Se han cansado decir jugadores y técnicos que en un choque a muchos puntos las opciones son escasas. Pero por un oído les entra y por el otro les sale porque ni los jugadores defienden ni desde el banquillo se le imprime esa exigencia competitiva. Ni los brazos cruzados ni los gritos hicieron reaccionar a un Betis que encajó 33 puntos en un segundo cuarto en el que ni Draper, ni Úriz ni McGrath demostraron ser capaces de llevar el timón del equipo. Curioso que con cuatro bases en la plantilla fuese un alero reconvertido por la necesidad a base como el local Abalde el que más asistencias diese en el duelo.

La nula actitud defensiva visitante se tradujo en la libertad para los exteriores taronja, con Doornekamp y Will Thomas haciendo incluso más daño por fuera mientras sólo Pleiss jugaba en la pintura. Y en segundas oportunidades para los locales, porque el rebote en el Betis es una auténtica verbena. El 57-28 al descanso acabó con el encuentro, pero ni así sacaron los verdiblancos la mínima vergüenza torera exigible. Para qué, si esa palabra, vergüenza, no significa nada para algunos.

Ficha técnica:

103 - Valencia Basket (24+33+28+): Abalde (7), Rafa Martínez (13), Doornekamp (16), Thomas (7), Pleiss (8) -cinco titular- Puerto (1), Vera (3), Ferrando (3), San Emeterio (17), Sastre (7), Green (19), y Hlinason (2).

67 - Real Betis Energía Plus (14+14+22+): Franch (2), Nelson (6), Schlib (10), Anosike (8), Kelly (12) -cinco titular- Draper (-), Sánchez (2), McGrath (-), Uriz (6), Zagorac (16), Cruz (3) y Golubovic (2).

Árbitros: Hierrezuelo, Manuel y Zamorano. Eliminaron por faltas personales a los locales Hlinason (m.35) y a los visitantes Sánchez (m.33).

Incidencias: partido correspondiente a la jornada 19 de la fase regular de la Liga ACB disputado en el pabellón de la Fuente de San Luis ante 6.121 espectadores. El Valencia jugó con un equipaje blanco y rojo en vez de con el naranja habitual para conmemorar el vigésimo aniversario del título de la Copa del Rey de 1998, algunos de cuyos protagonistas asistieron al choque para recibir un homenaje.

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