Betis Baloncesto

La cuesta de los minutos finales

  • Los béticos nunca superaron a sus rivales en el tramo decisivo de los últimos cinco encuentros

El ala pívot bético Bostjan Nachbar, durante un entrenamiento en San Pablo con Lockett y Chery al acecho.

El ala pívot bético Bostjan Nachbar, durante un entrenamiento en San Pablo con Lockett y Chery al acecho. / Juan Carlos Muñoz

En algo coinciden aficionados, técnicos y jugadores: pese a las cinco derrotas consecutivas, el equipo no ha dejado de competir y juega incluso con brillantez -los porcentajes de tiro frente al Tenerife fueron absolutamente espectaculares-, pero no remata los partidos como debiera. Se da el caso contrario a lo que sucedía en otra fase de la competición, en la que los discretos comienzos lastraban el desarrollo posterior de los choques. El caso del equipo bético se asemeja a la imagen de la manta corta, que si se tapa los pies se deja al descubierto la cabeza y al revés.

Para Bostjan Nachbar, una de las voces autorizadas de la plantilla, el aparente desfallecimiento que se repite en los últimos tramos de los encuentros está causado principalmente a un motivo físico y a otro mental: "Nuestro problema es acabar los partidos. Si bien es verdad que no hemos jugado perfectos en los últimos cinco partidos, sí lo hemos hecho bien y tuvimos oportunidades de ganar. El problema es que al final no tenemos ni la energía ni la paciencia para acabar tomando las mejores decisiones o buscando las soluciones adecuadas", explicó el capitán del Betis, que está entre quienes piensa que no sólo hay que hacer "buenos partidos sino ganar. Al final es lo que se recuerda", dijo el ala-pívot esloveno en Radio Marca.

Y, en efecto, no se gana un partido si no se anotan más puntos que el rival. Es lo que ha sucedido en el bloque de los cinco minutos finales de las cinco derrotas precedentes. Ocurrió contra el Andorra. El equipo de Zan Tabak anotó seis puntos en los cinco minutos finales, por 12 el conjunto andorrano, el doble. Más igualadas, aunque nunca a favor de los béticos, estuvieron las puntuaciones en ese mismo periodo temporal ante el Manresa y el Tenerife (10 y 12 puntos béticos frente a 12 manresanos y 12 tinerfeños). La diferencia fue de seis puntos ante el Zaragoza (12 el Betis y 18 del rival) y de tres el en duelo del domingo con el Estudiantes (10 béticos frente a 13 estudiantiles).

El ritmo alto que propone el equipo cajista en el transcurso de los partidos, unido a una cierta inseguridad que atenaza las mentes y las piernas, vino a decir Nachbar, pueden estar entre los causantes de los discretos finales. "Hacemos un baloncesto de alto ritmo y no es que lleguemos cansados a los finales, pero sí lo hacemos con menos energía. También creo que pecamos de nerviosismo. Debemos creer más en nuestras posibilidades. Cometemos errores defensivos y ofensivos que no podemos permitirnos. Durante estos días de descanso tenemos que seguir hablando sobre la cuestión y mejorar", dice Nachbar. "Es el momento de la verdad en la competición", reconoce. Ya no hay margen de error.

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