Betis Baloncesto

Un paso del hoyo al pozo

  • Si el Betis lo salvó en julio, con esa denominación perdió la categoría por primera vez en 28 años

  • A Tabak se le cayó el equipo y fue destituido tarde

La plantilla del Betis Energía Plus posa junto al entrenador, Zan Tabak, y el presidente. Fernando Moral, antes del inicio de la temporada.

La plantilla del Betis Energía Plus posa junto al entrenador, Zan Tabak, y el presidente. Fernando Moral, antes del inicio de la temporada. / juan carlos muñoz

La peor temporada de la historia. No hay más, después de acabar en plaza de descenso tras 28 años de forma consecutiva en la ACB, independientemente de lo que pase en los despachos. Podrán ponerse excusas, atenuantes, dar explicaciones y pedir mil perdones. Perfecto. Pero eso no quita que la entidad sevillana firmase como Betis, cosas del destino tras varias denominaciones y dueños que ha tenido, la peor campaña de su existencia.

Vaya por delante que el anterior propietario tenía redactada el acta de liquidación y que la entidad estaba en el hoyo. Llegó el Betis y lo rescató (accionarialmente). Gracias. Pero no es menos cierto que después los resultados hablan por sí solos y nadie solventó lo que se venía venir desde hacía tiempo. Malos arbitrajes, lesiones, fichajes que no funcionaron, la tardía decisión de destituir al entrenador... No hay un motivo concreto para un descenso deportivo que sí es una triste realidad.

difícil planificación

El 20 de julio se concretó el cambio de propiedad del club. Se empezó a trabajar tarde y se fue al mercado con poco margen de tiempo. No era algo nuevo, aunque sí que fue un problema añadido para un novato en estas lides como era Berni Rodríguez, que apostó por Zan Tabak para la dirección del equipo. El croata tuvo mano en esa planificación y quizá en parte por ello, y porque el dinero era el que era, no se hizo un núcleo fuerte de nacionales y llegaron demasiados jugadores que lo mismo les daba estar aquí que allí, porque mañana estarán en otro lugar.

Con todo, en agosto ver una plantilla con Stojanovski, Nachbar y Zoric daba garantías para no pensar en sufrir. A ellos se sumaban Radicevic y un Lockett que sorprendió de inicio.

Tabak es un entrenador que pone por encima de todo la defensa. La plantilla no tenía ese corte y ahí comenzaron los problemas. Radicevic se lesionó, Zoric dio la espantá y se fue tras siete jornadas... Pese a todo, la primera vuelta se cerró con siete triunfos y cerca de los puestos de Copa. Si en verano se pensaba en sufrir, tras la primera mitad del curso menos aún.

la segunda vuelta

Pero el equipo se cayó. La derrota en Manresa inició la cuesta abajo. Después, caída en casa con Tenerife y en Zaragoza se dejaron escapar 15 puntos de ventaja en el último cuarto. Algo pasaba, y había que reaccionar. Pero el entrenador balcánico siguió teniendo la confianza de los rectores hasta encadenar siete derrotas seguidas. Salvó el puesto ganando en Fuenlabrada y después, en la primera de las finales, el Betis hizo el ridículo ante un rival directo como el Joventut. Inacción de nuevo, pese a que el equipo se le había caído por completo a un Tabak que tenía el apoyo de parte de la plantilla. Otros no. Esa división condenó a un grupo sin química por el que DeAndre Kane, que pareció ser el salvador de los males, pasó sin pena ni gloria por pensar sólo en sí mismo .

Tras caer en Vitoria, una nueva derrota en casa decidida en el primer tiempo (hubo tantas esta campaña...) con Bilbao -aún se estaba fuera de descenso- acabó por condenar a un Tabak ya sin las energías del inicio del curso. No todo es responsabilidad suya. No tuvo un plantel que se ajustara a su estilo de juego, pero fue incapaz de cohesionar la plantilla y algunas decisiones la dividieron más.

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