supercopa de europa· previa

Todo cambia y todo es igual

  • El Sevilla repite por tercer año seguido en la gran fiesta del fútbol europeo y lo hace con la incógnita de cómo saldrá el melón. Sampaoli quiere que los suyos vayan a buscar al Madrid.

El fútbol ofrece situaciones que serían muy difíciles de explicar desde la pura lógica matemática. El Sevilla vive hoy una de ellas, pues comparece por tercer año consecutivo en la Supercopa de Europa, una fiesta estival que premia a los campeones de los dos torneos continentales. Hasta aquí, por tanto, se podría establecer la premisa de que nada ha cambiado, afortunadamente para los seguidores de la fe balompédica nervionense, que todo sigue igual. De venturoso, además. Pero inmediatamente comparece la otra premisa, la que se refiere la revolución futbolística que se ha producido en la primera plantilla del Sevilla, algo que tal vez convierte al campeón en un verdadero melón por calar.

Cierto es que con Sampaoli al mando, y con la calidad futbolística de los jugadores que se han incorporado a la plantilla, se puede decir que el melón tiene una buena casta. Por ello, lo normal es que salga dulce, pero eso no es infalible y no son pocos los que salen como un pepino de manera inesperada. Ésa es la incógnita que planea sobre la mente de todos los integrantes del entorno del Sevilla Fútbol Club y la cita de esta noche en Trondheim, metido en los fiordos noruegos, debe ayudar a descifrar algunas de las incógnitas, que no todas, por supuesto. Entre otras cosas, porque estamos en los albores de la pretemporada y aún queda mucho camino por recorrer hasta arribar al máximo nivel de la curva.

Pero existe expectación por ver cuáles son los derroteros de este Sevilla al que su entrenador lleva por una vereda tan diferente al anterior. A Trondheim llegaron los blancos mediante los caminos desbrozados por Unai Emery y ahora se han metido por otros bien distintos a través de Jorge Sampaoli. El argentino utiliza cada entrenamiento y también cada rueda de prensa en insistir en la importancia de la idea, de ganar por ese camino que él ha elegido para los suyos, el que llevó al Sevilla a su contratación. Tanto que ayer incluso dijo que ganar este partido de una forma diferente podría hasta no ser bueno "porque nos conduciría a la confusión". No se trata de cuestionar los métodos de Sampaoli, en absoluto, pero lo mejor de todo en el fútbol es ganar, ganar y ganar, como le gustaba decir al siempre recordado Luis Aragonés Suárez.

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Claro que si el Sevilla se impusiera al Real Madrid bajo las premisas de esa filosofía de su entrenador sería muchísimo mejor para todos los seguidores de la fe nervionense, por supuesto que sí, pero sobre todo lo trascendente es volver a ser campeón en verano, algo que aún no llegó a conseguir en los dos cursos anteriores, precisamente contra el Real Madrid, en Cardiff, y después frente al Barcelona, en Tiflis. Dicen que a la tercera va la vencida y ésta es una nueva oportunidad que se le presenta a los blanquirrojos.

Para conseguirlo, el método elegido por Sampaoli es salir a buscar al Real Madrid desde el primer minuto. "No me gusta que me dominen", dijo ayer el argentino en la rueda de prensa previa y, por tanto, en el cuidado césped del Lerkendal Stadion ésa será la idea para los 11 elegidos para defender la camiseta roja del Sevilla. Y ya que se habla del equipo inicial, si con Emery era una incógnita descubrir los elegidos para la alineación titular, en el caso de Sampaoli hasta se hace difícil acertar el sistema de juego que elegirá. Aunque esto tampoco tiene mayor trascendencia en un hombre que acostumbra a variar de dibujo táctico durante un partido.

Pero tal vez el último amistoso de Granada pueda servir como una buena referencia a la hora de hablar de ese equipo inicial. Entonces jugaron Sergio Rico; Mariano, Pareja, Carriço, Escudero; N'Zonzi, Kranevitter, Franco Vázquez; Sarabia, Vietto y Konoplyanka. Ahí podría entrar Vitolo en el sitio de Sarabia, pero no serán muchas más las permutas, aunque quién sabe qué es lo que pasa por la cabeza de Sampaoli para tratar de hallar las vías de agua de este Real Madrid con bajas tan significativas como potentes en su alineación inicial. La expectación será local mayoritariamente, con unos 2.000 españoles de ambos equipos en los graderíos, el tiempo está fresco pero bastante agradable, arbitra el serbio Mazic, el hombre que estuvo el día de M'Bia en Valencia, y todo está preparado para la décima final europea del Sevilla. La cuestión es alzar el séptimo título, se trata de eso sea como sea por mucho que Sampaoli piense que pueda originar confusión si la forma no es la que él prefiere.

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