El baloncesto en España está en continuo movimiento. Salvo en los grandes, y alguna que otra excepción, el movimiento y el continuo cambio de cromos en los equipos de la ACB es lo habitual. Una norma en la que el Obradoiro y el Betis son dos de sus máximos exponentes, con nueve y ocho fichajes para esta campaña, respectivamente.

En el cuadro gallego, que sí tiene una continuidad en su filosofía en el banquillo con Moncho Fernández, siguen cinco jugadores del año pasado: Yusta, Pozas, Cárdenas, Pustovyi y Bendzius. De las nueve incorporaciones, dos están de baja por lesión (Corbacho, que volvía a su casa y Txemi Urtasun, que ni siquiera ha debutado), por lo que el lituano Matulionis llegó con un contrato temporal que ha sido renovado por un mes más.

En el Betis, además de Tabak, han llegado ocho caras nuevas, una de ellas como en el conjunto gallego un viejo conocido como triguero y otra como temporero como era el caso de Lorbek, aunque de no haberse lesionado de gravedad era probable que hubiese seguido en el conjunto sevillano. Sólo siguen del ejercicio anterior Radicevic, Nachbar y Alfonso Sánchez, además de cate y Rigo, ambos con un papel secundario.