En vísperas de recibir al Barcelona, todo es optimismo en el Betis Energía Plus. Así lo constató a Radio Marca su capitán, Alfonso Sánchez, que confía en que el equipo festeje la quinta victoria de la temporada ante los azulgrana: "El rival llegará cansado a Sevilla después de haber jugado Euroliga, así que el partido deberá ser un derroche físico nuestro. Nada de jugar con miedo, sino como lo venimos haciendo en las últimas jornadas".

No le falta razón al escolta, "muy contento" por el mes de diciembre que vivió el Betis, con pleno de triunfos, y esperanzado en empezar el año "de la misma manera, porque si jugamos bien podemos vencer a cualquiera".

Hasta llegar a este momento dulce, que ha costado lo suyo poder paladear, el equipo que dirige Óscar Quintana ha tenido que emplearse a fondo para cambiar la dinámica negativa en la que andaba inmerso.

Bien lo sabe Sánchez. "Nos ha costado, pero al final hemos dado con la tecla. Definimos los roles, defensivamente dimos un paso para estar todos juntos, para jugar con cabeza, y logramos no recibir tantos puntos. Ojalá supiera qué pasó en el inicio de temporada para que nos fuera tan mal, pero creo que se trató de un cúmulo de circunstancias", valoró el jiennense.

Lo cierto es que la lista de obstáculos es bastante extensa, tal y como se encargó de recordar el capitán verdiblanco: "Hubo cambios en la plantilla, la adaptación de los jugadores nuevos a la liga costó más de lo que nos habría gustado, al igual que coger el físico... Pagamos la novatada, creo que demasiado, más que en otras temporadas, pero afortunadamente le estamos dando la vuelta a la situación y ahora estamos con las pilas cargadas y con confianza".

Para pasar de un 0-10 a cuatro victorias consecutivas fue necesario un punto de inflexión, yen opinión de Sánchez, ése fue la destitución de Alejandro Martínez y la llegada de Quintana. "Nos hacía falta un cambio drástico. Óscar necesitó conocernos y nosotros conocerlo a él, saber cuál era su filosofía de juego y qué quería sacar de la plantilla. Él ha definido bien los roles en la pista y poco a poco hemos ido poniendo piedras al castillo", argumentó.

En suma, los jugadores demostraron que les dolía la situación y que pondrían de su mano para revertirla. Eso fue lo que demandó en plena crisis su capitán, que en un momento complicado pidió mayor implicación "pero sin intenciones de generar polémica". "Llevo aquí tres años, soy el veterano del equipo y sentía que tenía que enviar un mensaje que a veces no gusta. No podíamos ir a entrenar y que eso fuese el día de la marmota, llegar al partido y perder siempre. 11 semanas en esa dinámica era algo insostenible", dijo.