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Una capa extra de piel

  • Al Betis Energía Plus sólo le queda ganarle al Baskonia para tener opciones de mantenerse

  • La defensa a los rivales interiores y la mejora en el capítulo ofensivo serán las claves

La Liga Endesa está en el comienzo de su fin. Cuatro jornadas, con la de hoy, le quedan al Betis Energía Plus para intentar lograr el más difícil todavía. Hazaña o milagro, sea cual sea el calificativo, la permanencia en la máxima categoría pasa por ganar y ganar y ganar, una suerte del juego en la que el equipo bético no ha sido precisamente un especialista durante la temporada 17-18.

La tarjeta de presentación de los verdiblancos, transcurridas 30 citas, se reduce a unos raquíticos siete triunfos, mientras que la salvación se encuentra a una distancia de dos partidos ganados, que son con los que cuenta de más el Zaragoza, último verdugo del equipo sevillano en la competición y principal oponente en este final de campaña.

No hay más opción que vencer. Ya no es un objetivo sino una obligación, ganar y, debido a esa rémora de derrotas correspondientes a los 30 encuentros precedentes, que los rivales directos, con el Bilbao casi al mismo nivel, no lo hagan. Es decir, que el Joventut (10 triunfos, aunque con un partido más disputado) y el conjunto zaragozano (9) hinquen la rodilla en sus compromisos venideros. Ambas escuadras son a estas alturas los últimos adversarios béticos en la pelea por situarse más allá del descenso. Pero, pese a las dificultades que supone tener perdido el recuento de puntos particular con el equipo de Badalona y el general con el de Zaragoza, todavía no hay nada decidido.

El Betis de Javier Carrasco se ha mostrado en las últimas dos fechas defensivamente retonificado, que no es poco decir para un grupo para el que la defensa se convertía domingo tras domingo en una cuestión de índole metafísica. Contra el Gran Canaria, hace dos semanas, y frente al Zaragoza, la pasada, pudo apreciarse a un equipo que trabajó grupalmente en la contención. Algo es algo.

El colectivo ha sido la clave, según ha interpretado el propio Carrasco en sus comparecencias públicas. Será menester que tales actitudes no sean flor de un día ni de dos, como ya sucedió en ciertas fases anteriores del campeonato, y que los jugadores de verdiblanco conviertan esta floración primaveral en un perenne bosque de piernas, manos, brazos y cabezas.

Músculos, desgaste y, naturalmente, cabeza, un apartado que será capital para doblegar a todo un Baskonia. El equipo entrenado por Pedro Martínez, un viejo conocido en San Pablo, se ha convertido con méritos en uno de los grandes clubes de Europa. En las competiciones continentales se codea con los gigantes y en la ACB se permite el desplante de tutear al Barcelona, al que mira desde arriba en la clasificación, desde la segunda plaza.

Nueve partidos ha perdido solamente el conjunto vasco en toda la temporada, siete en la primera vuelta. El cambio provocado por el entrenador catalán ha sido espectacular, hasta el punto de haber finalizado triunfador del envite en todos los encuentros del segundo tramo liguero salvo ante el Valencia y el Madrid, dos de su nivel. Y frente a los madrileños lo hicieron el jueves en un choque pendiente y fuera de fechas.

El peligro de los vitorianos pasa por ser una entidad que apuesta por una plantilla de 14 jugadores de primer nivel que compita con fiabilidad en las tres competiciones anuales. Ante eso, podría entenderse que el Betis Energía Plus poco podría hacer. Pero Carrasco tiene un plan. De entrada, se antoja de urgente cumplimiento igualar en intensidad física al visitante hoy en Kansas City. El interior baskonista es letal, juegue quien juegue. Voigtmann, Diop, Poirier o Shengelia son unos superdotados a quienes habrá que detener con una capa extra de piel, casi una plancha de acero.

El antídoto antibaskonista, además de frenar el poderío ofensivo del ala-pívot Shengelia, para muchos el mejor jugador de la Liga, tendría que completarse con que los jugadores béticos con más puntos en las manos muestren este mediodía su mejor versión ofensiva. En esa faceta han de ser Kelly, Schilb, Booker o el mismo Nelson quienes recuperen tino en el visor después de haber visto decaer sus prestaciones en las últimas jornadas. Habrá que comprobar cómo puede mantenerse el equilibrio defensa-ataque para estos jugadores, los béticos, que no sobresalen por extraordinarios despliegues de vigor.

El rendimiento que sepa extraer Carrasco de Anosike, el mejor dotado para las funciones de intendencia física, será una de las llaves del encuentro. Ausente Gacesa por lesión, será el pívot nigeriano quien deba asumir la responsabilidad de cerrar una zona a la que en las últimas dos jornadas se aprecia más poblada de jugadores béticos. Será eso y confiar en que alguna divinidad anule la versatilidad de un equipo vitoriano con los objetivos cumplidos, pero que está capacitado para agujerear también desde el exterior. Sin un triunfo hoy, y con el Madrid esperando el miércoles, el descenso podría ser cuestión de días.

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