Todo está preparado en el pabellón Fernando Martín de San José de La Rinconada. Esta tarde (19:00) el equipo que dirige Antonio Molina, 12 veces campeón de la División de Honor de bádminton, tiene una cita clave ante el CB Benalmádena en la última jornada de competición con mucho en juego: un billete para la final por el título.

Un rápido vistazo a la clasificación confirma que tanto el CB Rinconada como el Benalmádena tienen motivos de peso para creer en la victoria. Con 30 puntos, los anfitriones son segundos. El problema: que están empatados con el cuadro malagueño, que atesora el mismo balance de curso que su rival, con diez victorias y tres derrotas. Sólo el mayor número de sets a favor de los cañameros los colocan un peldaño por encima.

Hasta hace no mucho tiempo, el Rinconada solía clasificarse para la final sin sufrir por anticipado. Pero el cambio de formato de la competición -hace dos temporadas se creó un único grupo con ocho equipos, mientras que antes había dos con cuatro integrantes cada uno- y el esfuerzo de otros clubes ha elevado el nivel. "Se demuestra que el Top 8 poco a poco va tomando forma; que los equipos se refuerzan y que cada vez están haciendo las cosas mejor. Así ocurre con el Oviedo, que hace dos años nos ganó en la final por el título, o el propio Benalmádena", explica Molina.

Sin duda, el conjunto de la Costa del Sol es la gran revelación de la presente temporada y ya sabe lo que es ganar al plantel sevillano. Lo hizo en la primera vuelta, en un partido en el que comenzó perdiendo por 0-3 y que, sorprendentemente, acabó remontando. "Hubo relajación por nuestra parte. Es verdad que los jugadores no estaban en su mejor momento… Pero lo cierto es que nos confiamos. Y de eso hemos aprendido. No volverá a pasar", proclama el técnico rinconero.

El mensaje está escrito a fuego en la mente de todos sus pupilos, los de siempre y los recién llegados. "Empezando por los capitanes, Laura Molina y Juan Manuel Fernández, que son nuestros baluartes, hasta los fichajes de este año, Ricardo Lamy, que poco a poco ha ido creciendo, y Heather Olver, quien se ha convertido en una pieza clave en el doble femenino y el mixto. También es de destacar el trabajo de Sean Vendy, un chaval muy joven que lleva dos años aquí y ya está metido en la onda por completo", relata. A ellos se suman jugadores con un prometedor futuro y made in Rinconada: Alejandro Ramírez, José Manuel Flores, Marta Molina y Marta Calleja. Ellos también han sabido dar la cara en los momentos clave y acumular sets ganadores, demostrando a su entrenador que puede contar con ellos cuando más los necesite.

Al grito de "vamos al turrón", el grito de guerra del Rinconada, saltarán a la pista los miembros de un plantel decidido a conseguir los cuatros puntos que necesitan en el duelo para inscribir su nombre en la final por el título y en la que, cómo no, espera La Orden, que un año más ha intentado no tener que pelear con los rinconeros por el que sería su cuarto trofeo de campeón.

No en vano, el conjunto onubense perdió sorpresivamente contra el Benalmádena en la penúltima jornada (4-3), lo que le impidió certificar matemáticamente su primera posición. Pero con su derrota dio opciones al Benalmádena, que de otra manera hoy no tendría posibilidades de ser finalista. "Es un hecho que La Orden nunca quiere disputar la final contra nosotros, y eso es un punto a nuestro favor. Cada entidad demuestra su camino andando y ellos son así. Podrán decir que como ya estaban clasificados podían poner un equipo más flojo… Pero sí, da que pensar", afirma el técnico rinconero.

Antes de que la tensión se dispare en la clásica final del bádminton español hay que conseguir un billete aún sin dueño. Tiempo habrá después, si todo sale según lo esperado en La Rinconada, para esconder ases y diseñar nuevas estrategias, porque esta tarde, Molina y los suyos deben dejarse en la pista todo cuanto tienen para convertirse por méritos propios en finalistas de la Liga Nacional.