Deportes

Los cimientos de un baloncesto mejor

  • Carlos Márquez Márquez, encargado de desarrollar las Escuelas Deportivas del Club Baloncesto Qalat

La vida de Carlos Márquez dio un vuelco tras recibir una llamada de un compañero que le invitaba a formar parte del Qalat-Cajasol como directivo, más concretamente para llevar a cabo el proyecto de las Escuelas Deportivas del club y formar parte de los técnicos encargados de potenciar el baloncesto desde los escalafones inferiores.

Para Carlos, un verdadero aficionado al baloncesto desde pequeño, significó una verdadera alegría: "Siempre he tenido una gran vinculación con el deporte, y es una ilusión entrenar y ayudar en el progreso del baloncesto sevillano".

Carlos Márquez sufre una distrofia muscular que le hace estar de forma intermitente en una silla de ruedas, por lo que a partir de su adolescencia tuvo que comenzar a dejar la práctica del baloncesto. Carlos, de 31 años, tenía ocho cuando comenzó a jugar al baloncesto y sentir atracción por este deporte. "En ese momento, el Caja iniciaba una ilusionante andadura en la ACB y los patrocinadores crecieron en la ciudad, lo que motivó que pusieran dos canastas en el barrio. Ahí empecé a jugar", explica. Desde entonces, Carlos dirigió gran parte de su tiempo a conocer a fondo los entresijos del baloncesto. Hoy, es parte esencial del entrenamiento de los jugadores del Qalat, aunque también dedica tiempo a entrenar en técnicas avanzadas a algunos jugadores del Cajasol.

Este aficionado a la escritura y al cine tiene en la informática su otra gran pasión: "Soy webmaster", asegura. Cuando se le pregunta por su vinculación al baloncesto a través de las Escuelas Deportivas, se muestra claro: "Se trata de crear una especie de trabajo que posteriormente dé resultados". Las Escuelas Deportivas del Qalat han llegado con la idea de contar con niños de 5 a 15 años, desde pre-benjamines a cadetes. Sobre esto, Carlos muestra con claridad su intención de alcanzar cotas altas: "Nuestra idea es que estos niños lleguen en su momento a ser parte del club. Para ello me han fichado, para que Qalat y Cajasol progresen". Carlos añade que otro de los objetivos es intentar fomentar la práctica del baloncesto en el género femenino: "Intentamos también potenciar el baloncesto femenino, sólo hay cinco equipos alevines femeninos en toda Sevilla, y eso es muy poco". Carlos Márquez se muestra muy ilusionado con un proyecto que cree que puede llegar lejos: "El baloncesto necesita de la ayuda de la cantera, y en unos años se verán los resultados". Como aficionado al baloncesto, Carlos ve en la situación actual del Cajasol y del Qalat ciertos problemas relacionados con la desnaturalización del equipo: "El público es muy exigente y este club cambia de caras cada año. Con un proyecto nuevo cada año no se puede competir en una ciudad volcada con Betis y Sevilla". Para él, la solución está en esperar un futuro con más jugadores sevillanos, y para eso cree que están orientadas las Escuelas Deportivas: "No hay máquinas de hacer niños de dos metros, pero mi idea de cantera es la de crear gente buena de aquí. Si hay buenos bases, pues que sean éstos los que lleguen a los equipos de élite".

La apuesta de Carlos y del Qalat por fomentar y potenciar el baloncesto desde su base es un buen principio de cara a lograr una mayor presencia del básket sevillano en lo más alto. El primer paso ya está hecho, sólo queda esperar y ver los resultados.

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