Era la jornada 10 de la Liga Endesa y el Cajasol recibía al Bilbao Básket. Partido igualado, como se preveía, hasta que mediado el tercer cuarto el infortunio cayó sobre Latavious Williams en forma de lesión. Intentó robar el balón adelantándose a un pase y acabó lesionándose de gravedad: rotura del peroné de su pierna derecha. Adiós a la temporada y adiós a un jugador franquicia que en apenas dos medias temporadas -debutó el curso anterior en la jornada 11 y se perdió otros nueve partidos por lesión- se ganó el respeto y el cariño de la afición por su compromiso.

Williams es un luchador y los plazos en su recuperación van muy adelantados. "Estoy empezando a correr y a saltar. La rehabilitación va muy bien", asegura el ala-pívot, que no dudó cuando le ofrecieron la posibilidad de recuperarse en Sevilla: "Siempre me han cuidado aquí y confío en la gente que se está encargando de mí. Además, estoy como en casa, así que no había mejor opción".

Y es que en poco más de un año Williams ha hecho de la capital andaluza su segundo hogar. "Sevilla significa mucho para mí. He jugado aquí dos casi dos campañas y la gente es genial. Sólo tengo cosas buenas que decir sobre Sevilla y el equipo, que siempre me ha ayudado en todo este proceso", indica el de Starkville. Quizá por eso renovó el pasado verano cuando tuvo alguna otra oferta por delante: "El club, aun siendo muy profesional, es como una familia. La ciudad es increíble, como su gente. ¿Quién no quisiera seguir?"

Aquel 14 de diciembre, en el parqué de San Pablo, la temporada acabó para Williams en una jugada fortuita que el americano ha visto apenas un par de veces repetida. "Quería ver cómo fue, pero ya está. No tiene sentido revivir un mal momento. Fue mala suerte. Le podría pasar a cualquiera", explica brevemente, casi por encima. Prefiere recordar los buenos momentos. Sus encuentros con el Cajasol, en definitiva. "¿Mi mejor partido? Cualquiera de los que el equipo ganó. Lo importante es el colectivo", dice. Tanto es así que sin él "el equipo va mejor que nunca". "La temporada pasa y no hay más que mirar los resultados", apunta Williams, que no duda a la hora de marcar los objetivos de la entidad: "La plantilla es joven, pero con mucho talento. Creo firmemente que el Cajasol tiene posibilidades de jugar los play off".

Y si se habla de talento sin duda hay que preguntar por Porzingis y Satoransky. Del letón afirma que "si sigue con esta progresión terminará, sin duda, en la NBA", mientras que del posible salto del charco del checo este verano asegura que "le sobran actitudes físicas y aptitudes para adaptarse a cualquier Liga". "Destacará donde sea", añade.

El presente de Williams, ahora, es recuperarse. A estas alturas ha adelantado casi un mes los plazos previstos de su recuperación. "Trabajo y constancia son las armas" ahora, afirma. Ha adelantado tanto en su rehabilitación que, ¿podría estar listo para vestir la camiseta en un mes? "Tal vez", destaca el interior, que resalta "la capacidad de Aíto para enseñar y hacer mejorar a cualquier jugador" y que no descarta repetir en Sevilla el próximo curso: "Bueno, esto es trabajo de mi representante, que es quien me pone sobre la mesa las ofertas y, después, elegimos entre los dos. Obviamente, tengo mucho apego a Sevilla y sería feliz si me hicieran una oferta".

De su estancia en la capital hispalense, donde sigue, se queda "con la afición, por su puesto", a la que agradece "de corazón todo el apoyo recibido siempre". "Mi mejor recuerdo de Sevilla son la afición y mis compañeros". "Acerté viniendo a Sevilla", afirma el estadounidense.

Williams que tenía un año más de contrato con el Cajasol, rompió, de acuerdo con el club, su vinculación. Ahora no quiere pensar en el futuro, "lo que venga, vendrá", pero el abanico de posibilidades para alguien de su calidad y compromiso es enorme.