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Una convulsión sísmica detrás de otra

  • Dimisión de Rosell, fichaje de Neymar, problemas fiscales de Messi...

Atrapado en una convulsión sísmica desde que se inició la temporada, víctima de un nuevo terremoto cuando apenas tuvo tiempo de reponerse del anterior, el Barcelona parece ya incapaz de mitigar el daño causado a su imagen por la concatenación de desastres.

La última sacudida llegó ayer desde las oficinas de la FIFA con una sanción ejemplar. Pero los problemas legales no son algo nuevo en el Camp Nou. Llueve sobre mojado. Y a la directiva del Barcelona le costará justificar tanto desatino. Desde el oscuro fichaje de Neymar, hasta los rumores sobre la marcha de Messi después de su conflicto fiscal con Hacienda, pasando por la dimisión del presidente Sandro Rosell, la temporada fue de todo menos placentera.

La fortuna no se puso del lado del Barça cuando lo obligó a contratar, en plena pretemporada, a Gerardo Tata Martino como sustituto de Tito Vilanova. El ex entrenador azulgrana recayó del cáncer que padece y el técnico argentino tuvo que asumir la dirección sin margen de maniobra.

Desde entonces, Martino lidia con los elementos y la batalla parece haberle agotado hasta tal punto que su continuidad al frente del Barcelona es una incógnita. Difícilmente podía imaginar Martino que, nueve meses después, el club en el que soñaba trabajar habría cambiado de presidente. Afectado por problemas judiciales en Brasil y por su oscura postura respecto a los Boixos Nois, Rosell dimitió en enero con la sombra de irregularidades fiscales en la contratación de Neymar.

El brasileño, el fichaje estrella de la temporada, le ha dado 15 goles al equipo, pero también muchos quebraderos de cabeza al club. Algo similar arguye la directiva azulgrana para explicar los enfados de Messi, futbolista estrella de la plantilla que aún hace cola para ver mejorado su contrato. Víctima de las lesiones al igual que Neymar, el astro argentino optó por hablar en el campo tras enfrentarse verbalmente con Javier Faus, el vicepresidente económico.

También Víctor Valdés y Puyol ya han dejado claro que se marcharán al final de temporada. Y en medio de ese maremoto, la dura sanción de la FIFA no hace sino socavar aún más la imagen del Barcelona.

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