Puede frotarse los ojos, pellizcarse... lo que necesite para comprobar que no está dormido ni que está en uno de los sueños más placenteros del barrio de Nervión: el Sevilla Atlético ocupa la segunda plaza de la Segunda A después de sumar el cuarto triunfo consecutivo frente al Elche. ¿Quién se acuerda de que hace poco más de un año este equipo coqueteó con los puestos de descenso a Tercera? Casi nadie, todos viven el presente y éste dictamina que el equipo entrenado por Diego Martínez es uno de los gallitos, a tenor de la tabla, de la competición. 

Sumó un nuevo triunfo fiel a sus armas. Cuidando la pelota, con efectividad arriba y recordando a Carlos Fernández, uno de los suyos y uno de los artífices del ascenso el pasado curso, que se perderá prácticamente toda la temporada tras ser operado el pasado martes de su lesión en el ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda. El equipo saltó al césped con una camiseta en la que se mandaban ánimos al ariete.

El triunfo franjirrojo se fraguó desde la paciencia y el saber estar. La propuesta ilicitana era parecida a la sevillista, intentando cuidar la pelota y llegar a la portería, por lo que sólo era cuestión de tiempo que el partido cayera de maduro del lado local. En una primera mitad con dominio alterno de la pelota, eran los de Diego Martínez los que trataban de meter una marcha más al partido cuando tenían la posesión. El aroma a peligro sólo llegaba por el lado franjirrojo, mientras que los locales contemporizaban más sus posesiones, buscando fallos en un engranaje defensivo que por momentos parecía perfecto.

Aun así, la primera gran ocasión del partido fue visitante. Pedro disparó con fuerza desde unos 25 metros y Caro acertó a detenerlo con una elástica parada. Era el primer aviso y prácticamente el único que los ilicitanos tuvieron en la primera mitad.

También desde lejos tuvieron los locales dos grandes ocasiones. Ivi fue el primero, con un auténtico misil que Juan Carlos acierta a detener en una espectacular palomita, y Curro disparó desde la derecha un balón que se marchó fuera por muy poco.

Precisamente, estos dos jugadores serían los protagonistas de los goles locales. Y no tardarían en llegar. Curro recogió un rechace en la frontal y batió al meta ilicitano por la escuadra con un derechazo. El goleador sevillista, para su celebración, se acordó de Carlos Fernández al recoger del banquillo la camiseta con la que saltaron al césped los sevillistas. 

No tardaría el Sevilla Atlético en tentar de nuevo la portería visitante. Primero Curro de nuevo lo intentó, aunque su disparo se marchó fuera por escasos centímetros. Sí tuvo fortuna Ivi, quien marcó un auténtico golazo. El madrileño, que suma ya cuatro tantos en la temporada, lanzó un libre directo desde la frontal derecha del área que se coló también por la escuadra.

Con el segundo gol, el éxtasis llegó a un Sánchez-Pizjuán que presentaba, con casi 12.000 personas en las gradas, una de las mejores entradas de la temporada. Una algarabía entrecortada por el susto que la familia blanquirroja se llevó apenas diez minutos después. Guillermo Fernández se plantó solo delante de Caro aunque cruzó en exceso la pelota para respiro de la hinchada local.

Con el paso de los minutos, los locales bajaron las revoluciones sin renunciar a buscar el tercero. Sin embargo, Carrillo, en una clara ocasión tras jugada de Fede San Emeterio, disparó a las manos del meta forastero.