Real Madrid y Atlético protagonizan hoy la primera final de la historia de la Liga de Campeones con dos equipos de la misma ciudad, un duelo que presenta dos diferentes urgencias: la décima Copa de Europa para los blancos o la primera para sus vecinos.

El Estadio da Luz de Lisboa se pintará de blanco y rojo para albergar una cita que reúne a dos enemigos íntimos, dos adversarios que forjaron parte de su historia con una rivalidad que durante más de un siglo rebasó los límites deportivos. Más de 70.000 hinchas -la mayoría sin entrada- aterrizaron en la capital lisboeta para celebrar la gran fiesta del fútbol madrileño. El diario deportivo Récord habla de incluso 120.000 hinchas españoles en la ciudad.

Para el Real, el partido supone la posibilidad de romper con 12 años sin ganar su torneo favorito, mientras que el Atlético jugará su primera final de Copa de Europa en 40 años con la posibilidad de estrenar su nombre en el palmarés del torneo. En otros tiempos, se podría contemplar el choque como un duelo entre David, personificado en el Atlético, y Goliath, identificado con el Real. Pero no ahora. Porque, ¿quién se atreve a otorgar el papel de víctima a los rojiblancos después de su incontestable conquista del título de Liga? "El favorito es el Atlético", aseguró Sergio Ramos, aludiendo a la condición de campeón de los rojiblancos. "Ramos está de broma", alegó el lateral del Atlético Juanfran, atendiendo a la diferencia de presupuestos y estrellas entre ambos equipos.

Sea como fuere, lo cierto es que nadie se atreve a proclamar un claro favorito para un duelo que reúne a dos equipos que ofrecieron enormes muestras de poder durante toda la Liga de Campeones. El Atlético es el único invicto de la presente edición y los blancos eliminaron en semifinales al último campeón, el Bayern Múnich, por un resultado global de 5-0.

En el aspecto deportivo, Lisboa asistirá a un duelo de contrastes entre dos equipos y dos clubes con muy diferentes propuestas. El Atlético expone una acreditada solidez defensiva y el uso letal de los contraataques y las jugadas de estrategia. Por su parte, el conjunto blanco se agarra a sus flechas en ataque y el equilibrio alcanzado en la medular con el uso del 4-4-2.

La previa del encuentro también ofrece un suficiente número de interrogantes. El Real Madrid duda del estado físico de jugadores como Pepe y Karim Benzema, quienes probablemente queden fuera de la alineación. También se sabe que Cristiano Ronaldo será titular, pero se desconoce si estará al cien por cien. Su problema en la pierna izquierda le impidió jugar un partido completo en casi tres semanas. Lo que es seguro es que el conjunto blanco no podrá contar con Xabi Alonso por sanción, y por ahí pierde al epicentro estratégico del equipo. Su sustituto natural sería el inexperto joven Asier Illarramendi, pero en las últimas horas ha cobrado fuerza la opción de Khedira, que se lesionó el 15 de noviembre y reapareció el 12 de mayo.

Por su parte, el Atlético cuenta con las serias dudas de dos nombres tan poderosos como los del volante turco Arda Turan y el delantero hispano-brasileño Diego Costa.

Los banquillos de ambos equipos propondrán otro duelo singular con dos entrenadores pertenecientes a dos generaciones distintas. Para Carlo Ancelotti, entrenador de los blancos, supone la oportunidad de conquistar su quinta Liga de Campeones, dos de ellas ganadas como jugador. Mientras, Diego Simeone podría pasar a la historia del Atlético si le da su primera Copa de Europa.

Lisboa vivirá la gran fiesta del fútbol madrileño con el partido que cerrará la temporada en Europa. Un triunfo blanco devolvería al Real Madrid la grandeza perdida en el continente durante más de una década. Y una victoria atlética situaría al conjunto rojiblanco ante la mejor temporada en sus 111 años de historia.