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Se desnuda aunque nadie se lo pida

  • Sin ancla por delante de la defensa y con Cáceres acudiendo a demasiadas partes, el sistema de contención se desmonta él solo.

Con Zokora o sin él, este Sevilla se acaba desnudando él solito, sinque el rival se lo exija, porque este Getafe tampoco es el equipo alegre y talentoso de otras temporadas. Empezó la segunda parte, los madrileños dieron el obligado paso adelante, ya que perdían 1-0, y casi sin quererlo se plantaron delante de Palop en paredes por dentro. Falta un ancla por delante de la zaga, alguien que esté ahí y que evite, por ejemplo, que Cáceres se ponga la capa de superhéroe -tantas loas igual le hacen creer que puede volar- y que abandone sus tareas atrás, provocando más fuegos aún. La vulnerabilidad de este Sevilla es alarmante. Si arriba mantuviera su pegada, algo impensable sin Jesús Navas ni Luis Fabiano y con Kanoute tan lejos del área contraria, igual paliaba su propensión a encajar goles. Pero como necesita mil llegadas y mil centros desde las bandas para crear ocasiones y hacer goles, pues acaba perdiendo. El profesor Manzano busca en su librería algún manual que funcione. ¿Lo hallará?

Defensa

En la primera parte, la vuelta de un especialista en barrer y cortar líneas de pase enemigas, como es Zokora, mejoró algo las prestaciones defensivas del Sevilla... ante un rival que no expuso, con las líneas replegadas. Kanoute echó una mano a la pareja de marfileños cuando la pelota era del Getafe, sobre todo tras su gol. Y en esa primera mitad, la intensidad sevillista le bastó para imponenserse en ese fútbol de hierba mojada y pelota muy viva. Pero tras el descanso quedó claro que el castillo sevillista era de cartón piedra, que se desmoronó a poco que se fue mojando...

Ataque

Salió esta vez el Konko incisivo que no siempre sale. Muy metido en el partido, se desdobló con agilidad, cómodo en ese fútbol de pelota muy viva. Trazó diagonales cuando Perotti se abrió a la banda, y viceversa. Sus centros, en cambio, siempre fueron a los de azul. Negredo hizo poco por ganárselos.

Tras el descanso, y con ese súbito 1-2, llegaron las prisas. Las entradas de Renato y Rodri por Romaric y Zokora no inquietaron a un Getafe crecido. Hacía tiempo que Kanoute estaba fundido.

Virtudes

Cierta chispa en la primera mitad.

Talón de aquiles

La vulgarización lo hace inseguro.

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