El Espanyol puso un triste punto y final a la temporada en un partido intrascendente y anodino frente a un Almería que tuvo suficiente con tres destellos para llevarse la última victoria del campeonato.

Lejos de reivindicarse y de tratar de ofrecer una imagen digna a su fiel afición, el equipo catalán afrontó el encuentro con poca intensidad y sin ningún tipo de competitividad.

El Almería, por su parte, se presentó en Montjuïc con los deberes cumplidos, tampoco puso mucho de su parte para que el espectáculo fuese más entretenido y se limitó a esperar agazapado en defensa para salir a la contra, aunque tampoco con demasiada intencionalidad.

Después una primera oportunidad de Negredo, Felipe Melo en un lanzamiento de falta que rebotó en la barrera y sorprendió a Kameni puso al Almería por delante.

Tras el intermedio, el conjunto espanyolista mostró algo más de interés, pero la respuesta del Almería fue letal y el ex blanquiazul Crusat puso el 0-2.

Luis García recortó distancias de penalti y, cuando parecía que llegaría el empate, Paunovic sentenció el partido en el descuento.