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El día que cayó la esperanza española

El día que Alejandro Valverde perdió toda opción de ganar el Tour de Francia, Franck Schleck se quedó a un segundo de arrebatar el amarillo a Cadel Evans, que dio un paso al frente para afianzar su condición de candidato favorito a la victoria en París.

Mientras Valverde, primer líder de este Tour, se hundía en los ascensos al Tourmalet y al Hautacam, Schleck se convertía en el primer gallo que daba un paso al frente en un gallinero que hasta ese momento estaba tranquilo.

El día en el que el murciano acababa a 5.52 minutos del ganador de la etapa, el italiano Leonardo Piepoli, Evans daba por concluido el susto de la víspera, una caída que estuvo a punto de excluirle del Tour. Las lágrimas del dolor en el descenso de Aspin del domingo se tornaban en lágrimas de alegría en la cima de Hautacam, emocionado por vestir de amarillo por primera vez en su carrera.

Su renta es de un segundo sobre el mayor de los Schleck, el primero de los favoritos que se atrevió a romper el guión del marcaje cerrado. El campeón de Luxemburgo se marchó en las rampas del puerto de categoría especial en busca de unos segundos que le permitieran heredar el liderato de su compatriota Kim Kirchen, incapaz de defenderlo con la carretera cuesta arriba. Pero se quedó a un segundo, una renta que coloca a Evans en primera fila del rompeolas mediático.

El día que cayó Valverde, el italiano Damiano Cunego demostró que, como el murciano, sus fuerzas están contadas y que no estará entre los mejores en París.

El día que cayó Valverde, el Tour de Francia se revolucionó para buscar el aspecto de lo que será su pinta definitiva. El estadounidense Christian Vandevelde y el austriaco Bernhard Kohl, tercero y cuarto respectivamente, aparecen como los invitados inesperados. El día que cayó Valverde arrastró en su naufragio a su compañero y compatriota Óscar Pereiro, al que muchos veían como el tapado del Caisse d'Epargne.

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