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La doble cara de la Copa

  • La ilusión de la afición y de los jugadores contrasta con los temores del cuerpo técnico · Pepe Mel se llevará a Barcelona a todos los disponibles e incluso entrenará en La Masía

La Copa del Rey se ha convertido en un frente de dos caras para el Betis. Por un lado, para el cuerpo técnico está siendo un regalo envenenado, con un coste alto en lesiones para una plantilla corta de efectivos; por otro, para la afición y los jugadores se ha convertido en un aliciente para una temporada en el infierno de Segunda. Aunque en lo que sí coinciden todos es en lo especial que significa enfrentarse al Barcelona de Guardiola, el mejor equipo del momento y, posiblemente, de la historia.

Desde que acabó el partido de Getafe, Mel lleva metalizando a sus jugadores para que la eliminatoria ante el Barcelona no distraiga al equipo de su realidad más directa: la Liga. De hecho, ayer el técnico volvió a insistir en ese mensaje e incluso su plan de trabajo semanal estará dirigido para no descuidar la preparación del encuentro del próximo sábado ante el Alcorcón. La idea de Mel pasa por llevarse hoy a Barcelona a todos los jugadores disponibles e incluso le ha solicitado al conjunto azulgrana un campo de entrenamiento para trabajar mañana por la mañana con el equipo y, sobre todo, con los que vayan a disputar menos minutos en el Camp Nou. "La Copa nos ha costado muchas lesiones. Jorge Molina, Emana, Dorado, Salva Sevilla... Y nos coincide con más gente tocada. Pero seguro que el equipo lo da todo ante el Barcelona, porque en partidos así los jugadores dan un plus", admite Mel, a quien la Copa lo trae de cabeza. Al menos, ayer el técnico recibió la buena noticia de que Roversio y Belenguer se entrenaron con el equipo y podrían jugar en Barcelona, aunque hasta hoy no se conocerá qué ocurre con Salva Sevilla, que se probará. Incluso Jonathan Pereira recibirá el alta médica y estaría ya a las órdenes de Mel.

Esos temores de Mel contrastan con la ilusión que la competición despierta en la plantilla o en la afición. Ayer, numerosos hinchas se acercaron a las taquillas para sacar su entrada para el encuentro de vuelta en Heliópolis, sin importarles el resultado que se obtenga mañana en el Camp Nou. Los precios oscilan entre los 15 y los 40 euros para los abonados y los 40 y 65 euros para el público en general. El equipo, por su parte, no esconde el aliciente que supone un partido de ese calibre. "Jugamos contra los mejores del mundo. Es un equipazo e intentaremos hacer todo lo que podamos", admite Arzu. "Este partido es para disfrutar y hacer las cosas bien, no para ilusionarnos con cosas que no están a nuestro alcance. Debemos tener los pies en el suelo. Nuestra lucha diaria y lo que nos da de comer es la Liga. Intentaremos hacer el mejor papel posible, pero sin olvidar el objetivo del ascenso", reconoce un realista Isidoro.

La Copa de las dos caras vivirá su capítulo más especial con el encuentro en el Camp Nou. "Cualquiera le dice a los jugadores que se guarden algo", bromea Mel cuando se le cuestiona sobre la motivación de su equipo para este encuentro. Para la afición y para el equipo se ha convertido en un premio para la excelente temporada que se viene realizando, aunque el técnico cruza los dedos para no aumentar el parte médico.

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