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El duelo entre los dos Betis se equilibra

  • La indolencia defensiva encuentra contrapunto en un ataque intenso · Con más aire, algún contraataque hubiese decidido

El Betis volvió a dedicarse, en este caso casi media hora, a la contemplación y a punto estuvo de tirar por la borda un partido que luego se reveló debía haber ganado. En un revival de la primera parte del Bernabéu, los hombres de Paco Chaparro no sólo dejaron el balón y la iniciativa al Villarreal, sino que jamás apretaron, se anticiparon ni siquiera encimaron a sus rivales, que recibieron el balón y lo jugaron hasta hartarse en vista de su pasividad.

No es algo nuevo que el equipo salga así a los partidos ni tampoco su mal balance defensivo, pero sí es excesivamente reiterativo en su falta de actitud. Por fortuna, junto a ese Betis existe otro que con el balón maneja un repertorio extenso de recursos.

Defensa

Nuevamente, vendió el Betis las espaldas de sus medios centro y en esa zona emergió la figura excelsa de Cazorla, quien se encontró con la impunidad de los zagueros verdiblancos para hacer y deshacer a su antojo. La blandura de Melli y Arzu fue un pasaporte hacia el gol para el menudo asturiano, quien hizo dos y a punto estuvo de materializar un tercero que hubiese sido decisivo.

Tras esa media hora frustrante y laxa, el equipo junto más sus líneas y supo cerrar espacios para anular la superioridad del Villarreal en el medio del campo. A la par que este reajuste táctico, incrementado en la segunda parte con el adelantamiento de los centrales, se antojó importante la cohesión para cerrar espacios y la agresividad en la presión.

Ataque

El Betis tardó en ver el balón y cuando lo encontró en los primeros compases lo administró con excesiva parsimonia y casi siempre por los adentros, gracias a un Oliveira que se descolgó. Tras el descanso, el ritmo subió una barbaridad, Nelson y Mark González abrieron el campo, Sergio García hizo aún más daño al borde del área y las asociaciones para combinar surgieron de forma casi espontánea. En ésas llegó el empate y ante un rival muerto, el Betis se desinfló también y se vio falto de aire para sentenciar al contraataque pese a tener ocasiones.

Virtudes

La fe y el ritmo en ataque.

Talón de aquiles

El pasotismo sin balón.

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