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El ejercicio de buscar diferencias

  • El Sevilla no tuvo miedo a presionar arriba y a hacer faltas táticas para parar al rival, aunque ello se tradujera en tarjetas amarillas y mejoró en ataque al son de Kanoute y Luis Fabiano · ¿Pelotazos?, también los hubo

Por ponerse a buscar, se pueden buscar encontrar muchas diferencias entre este Sevilla y el de Manolo Jiménez, tantas cuantas dé vía libre la imaginación futbolística de cada uno o la visión subjetiva que cada aficionado pueda tener de un partido. Hubo cosas muy mejoradas, particularmente lo bien que interpretó el once sevillista esa necesidad que le ha inculcado Antonio Álvarez durante la semana de frenar los contragolpes del rival aun a riesgo de recibir tarjetas amarillas. La tensión defensiva en todas las líneas del campo y la concentración fueron muy superiores con respecto a las últimas jornadas y el equipo lo notó independientemente de lo poco o nada que le exigió el Tenerife en defensa... También porque el cuadro local presionaba más arriba y ya en zonas de ataque impedía que el rival saliera fácil con el balón. Luego, está claro que la conexión entre Kanoute y Luis Fabiano en la primera parte fue fundamental. Sin la actuación primorosa del brasileño nada hubiera sido igual, sin duda.

En lo demás, tampoco hay que buscar donde no hay. Álvarez mejoró lo que había que mejorar, incluyendo en ello la interpretación del pelotazo, que no es que desapareciera. Escudé, Palop y Dragutinovic los dieron. La diferencia es que Kanoute y Luis Fabiano les sacaban partido. Y también que el paso atrás -lógico por otra parte con el 2-0- también se dio en toda la segunda parte.

Defensa

El aspecto más mejorado con respecto a los últimos partidos. El once interpreta la presión desde más arriba, intensificándolo con ayudas cuando el balón cae a algunas de las bandas y, sobre todo, sin miedo a hacer falta en campo contrario o en zonas alejadas del área propia para frenar así contragolpes del rival, otrora letales para el Sevilla. El precio de esto último es que el juego se endurezca algo y, por consiguiente, el número de tarjetas amarillas también crezca, con la amenaza que ello supone. Por ejemplo, uno de las consecuencias es que el Sevilla se queda sin lateral derecho al lesionarse Stankevicius y ser amonestado Adriano.

La única variación en cuanto a posición de futbolistas con respecto a las preferencias de Jiménez estuvo en la ubicación inicial de los dos centrales zurdos, ya que el nuevo técnico prefiere cambiar los perfiles, con Dragutinovic por la derecha para buscar quizá que el golpeo del serbio salga más centrado.

Por último, la presencia de Lolo, al margen de que tampoco el Tenerife le exigió mucho al sistema defensivo, también mejoró el nivel de rendimiento de la pareja que Renato formó con Romaric en Villarreal.

Ataque

Una gran diferencia con la sinfonía de coordinación que ofrecieron Kanoute y Luis Fabiano. Como en los viejos tiempos. Nada que ver con lo que ha ocurrido últimamente cuando en el campo estaba Negredo junto a alguno de los dos delanteros sevillistas.

Faltó continuidad, pero al Sevilla le bastó la inspiración de un Luis Fabiano que cada balón que cazaba lo convertía en algo potable de cara a la integridad de la portería de Aragoneses. Las bandas, aunque a empellones, funcionaron también. Adriano se metió para el centro y con su movilidad ayudó a crear superioridad numérica junto a Kanoute, junto a Renato...

Virtudes

Concentración en general y compromiso, algo que se llegó a echar en falta en otros encuentros.

Talón de aquiles

El paso atrás, quizá motivado por la falta de frescura física o por el instinto de conservación.

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