Desde mi córner

Para empezar, algo de cal y mucha arena

  • El recital del Betis en el debut maquilló las desaplicaciones en la planificación de ambos

DERROTA sorprendente y victoria contundente para el inicio del curso. Así es como ha comenzado su temporada el fútbol según Sevilla, con una derrota sevillista que duele por los modos y las formas en que se produjo para que setentaidós horas después, Heliópolis viviese una fiesta. Y en el corazón de ambos sucesos, la diversidad de circunstancias que se enseñorea del día a día de ambos representantes de la ciudad.

Y son circunstancias que en algunos casos son difíciles de comprender. Ni se entiende que el Sevilla haya arrancado sin taponar la hemorragia que supuso la marcha de sus centrales ni se comprende cómo el Betis no ha arreglado sus hallares. Son dos casos dignos de estudio que sólo pueden medio entenderse mediante la cruda realidad de que ambos han vivido y viven por encima de sus posibilidades. Y eso se paga antes o después, vaya que si se paga.

No es de recibo que el Betis tenga a media docena de futbolistas importantes sin licencia, pero es que tampoco es admisible que el Sevilla haya arrancado sin haber contrarrestado debidamente las ausencias. Penaltito aparte, la sensación dada en El Sadar ha hecho más incomprensible que no se hayan cubierto unas ausencias tan trascendentes como las de los centrales. Cero patatero a la planificación, maquillada con el fichaje de Isco para mayor abundancia de centrocampistas.

En la otra acera hay que bucear para encontrar un hecho tan surrealista como el de no poder inscribir a los fichajes y a otros que ya eran de la causa. Afortunadamente, el equipo salvó en la yerba lo que otros desarreglaron en la moqueta. Fue un recital de juego que palió la inquietud que reinaba antes de rodar el balón, pero el cierre de mercado llegará y a ver con qué pelos coge a los responsables. Empezó el curso con algo de cal y mucha arena, demasiada.

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