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El equilibrio exige cambios

  • El Betis ha demostrado en tres partidos una fragilidad defensiva que no termina de solucionar y que choca con su potencial arriba · El centro del campo, carente de un referente, también ofrece dudas en este inicio

No es raro escuchar en el mundo del fútbol que con diez se juega mejor que con once. Es cuestión de gustos y de los jugadores de los que se dispongan en el campo, pero, tópico o no, el Betis que acabó el choque en el Rico Pérez en inferioridad numérica fue mejor que el que perdió el control en la primera media hora frente al Hércules.

Cuando Sunny se autoexpulsó el domingo, Antonio Tapia movió ficha rápidamente y bosquejó quizá los cambios que pueden repetirse en el próximo choque liguero en busca de una mayor consistencia. El desequilibrio en las líneas era más que evidente por mucho que la defensa intentase dar un pasito hacia delante y la pareja de medios centro otro hacia atrás. La entrada de Iriney por Odonkor equilibró al equipo, pese a disponer de un futbolista menos, sencillamente porque el centro del campo ganó presencia y las bandas, con Juanma y Sergio García actuando en posiciones más naturales, en proyección. El equipo ganó presencia en el campo con la sustitución de Iriney, aunque a éste se le notó todavía lejos de su mejor forma física.

No sería raro, pues, que el alemán, titular en los tres partidos oficiales disputados hasta ahora (los dos de Liga y el de Copa), hubiese acabado con la cuota de confianza del entrenador y retornase a la suplencia ante el Recreativo. El extremo no ha demostrado nada más de lo que había hecho en años anteriores en los 182 minutos que ha jugado hasta ahora, pero, más allá de su aportación, su anarquía táctica deja un hueco en su banda que sin otro portento físico atrás como Nelson es difícil tapar.

Con todo, el mayor problema está atrás. Tres encuentros han bastado para desenmascarar la fragilidad de una zaga con experiencia en Primera pero a la que le falta hacerse a la Segunda División. Frágil y poco expeditiva, Tapia todavía no ha dado con los hombres capaces de formar una línea que proporcione cierta seguridad para que el Betis se desmelene en ataque. Y eso que el preparador cordobés, obligado unas veces y haciendo pruebas otras, ha modificado la retaguardia en todas las citas.

El principal problema está en el eje de la defensa, donde sólo un centrocampista, Arzu, ha dado ciertas garantías. De los centrales, Tapia no cuenta con Nano -no fue convocado ni en la Copa- ni con Rivas; Carlos García mostró sus carencias frente al Hércules y Melli, que falló frente al Córdoba en el choque copero en la jugada del penalti, es el único que, de momento, parece fijo. El regreso del de Barbate el domingo tras cumplir su sanción, genera varias dudas, pues no sería extraño que probase con Arzu como pareja. El nazareno fue quien comandó la defensa de tres con la que el Betis jugó frente al Hércules en lugar de Carlos García, pudiendo retrasar su posición en favor de Iriney.

Tampoco los laterales están rayando en este inicio de competición al nivel esperado. Varios de los errores puntuales que han costado la eliminación del torneo del K.O. y la primera derrota nacieron en esas posiciones. El técnico está loco por encontrarle acomodo a Nacho y que Nelson recupere la forma. Mientras, la defensa sigue mostrándose como el talón de Aquiles de un equipo que muerde arriba y se deja morder atrás.

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