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Un equipo de izquierdas

  • El protagonismo de los zurdos y el juego por esa banda caracteriza el ataque gerundense. Base: fútbol directo, ordenado repliegue y estrategia.

Fundado a mediados del siglo XX, la UE Llagostera es otro club desde la llegada al banquillo en 2004 de Oriol Alsina, con el que logró cinco ascensos en siete años desde la Segunda Provincial. Ya en 2008, el empresario catalán se hizo el dueño de la entidad y colocó en la presidencia a su esposa, Isabel Tarragó, bajo cuyo mandato el equipo pasó de Tercera a Segunda B y, la temporada pasada, a Segunda.

Una trayectoria exitosa casi sin antecedentes la forjada por este singular hombre de fútbol que no posee el nivel 3 de entrenador nacional y que, por ello, figura como segundo de Lluís Carrillo, a quien fichó tras destituir a finales de octubre a Santi Castillejo. Así, este club en el que todo se cuece en familia, ha enderezado su trayectoria al punto de estar ya salvado y, tras doce jornadas invicto, a sólo tres puntos del play off de ascenso a Primera División.

Sin balón

Al ser un equipo con escasa posesión de balón, sólo puede explicarse su exquisita trayectoria desde el orden. El Llagostera acumula muchos elementos en campo propio, e incluso hasta en el área cuando la situación lo requiere, sin amontonarse. Sus futbolistas tratan de mantener las líneas muy juntas y se agrupan bien, sin dejar apenas resquicios en forma de espacios al rival. Otra cosa son los fallos en los controles y los despejes por la escasa calidad técnica de la mayoría de sus futbolistas o la facilidad con la que algunos -léase Alcalá- pueden ser driblados.

Otra característica elogiable es la agresividad y la entrega en la presión de los jugadores, habitualmente en campo propio, y el buen estudio que hace el cuerpo técnico de sus estados de forma, de ahí que apenas existan titulares indiscutibles y sí muchos que han jugado veintitantos partidos.

La principal carencia de René, su guardameta titular, que es el juego aéreo, la suple en parte el equipo con Alcalá, una torre que tiene ahí quizá su única virtud.

Con balón

Pitu es el organizador del equipo, pero la falta de socios lo obliga a usar su zurda más como lanzador, ya que el juego elaborado, si existe, es cuando los atacantes se asocian ya en las cercanías del área contraria. Lo habitual es el juego directo, con balones largos en busca de Juanjo o, principalmente, de las bandas, por donde al equipo le gusta iniciar los ataques. La izquierda es profundísima, sobre todo desde la llegada en invierno de Samu, quien forma un tándem demoledor y sevillano con Ríos. De la zurda de éste, pretendido por el Betis en verano -ficharía a Casado-, surgen los centros más peligrosos.

La otra arma en los contraataques es la velocidad, con el escurridizo David Querol como actor principal, también Imaz y, fuera de casa, Sergio León, que se retrasa casi a la mediapunta.

Lo mejor

El balón parado y el plus de jugar ya sin la presión clasificatoria.

Lo peor

Escasa calidad técnica y centrales lentos. Es un equipo muy previsible y baja ofensivamente fuera.

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