Llegaban ambos equipos al choque con el objetivo de ganar: el Ibarburu para no perder comba con los dos primeros clasificados y el Rayo Betis para intentar reengancharse a una cabeza que, ahora sí, se antoja casi inalcanzable.

Partiendo del respeto que ambos conjuntos se mostraron, la moneda lanzada al aire dio la cara a los locales. Un penalti a los 10 minutos de juego, acompañado por la expulsión del defensa Fernández por sacar un balón que se colaba con la mano, puso en ventaja al Rayo.

A partir de ahí, el partido fue de claro dominio rayista. Tal control desembocó en el 2-0 marcado por Javi II de volea tras un espléndido centro de Lavado desde la izquierda. El remedio de Pedro Torrano, entrenador del Ibarburu, de introducir jugadores de refresco, aún en el primer envite, no aportaban ni frescura ni ideas.

Pero parece que el tiempo de reflexión en los vestuarios cambió la actitud de los futbolistas del Ibarburu. Desde el primer momento salieron con casta al campo, como si de una final se tratase. La actitud ausente en el Rayo Betis, unida a una relajación pasmosa, hizo que los visitantes se le subieran a las barbas.

Jorge hizo el 2-1 de fuerte disparo desde la frontal. El árbitro, protagonista de principio a fin, se encargó de poner las cosas más difíciles al Ibarburu expulsando a Jorge (70'). Pero como esto era una final para los nazarenos, éstos empataron tras un claro penalti sobre Canterla, dejando a los espectadores congregados en La Paz con cara de incredulidad.