A la tercera va la vencida. Esa frase, casi elevada a mantra, debe ser una de las más escuchadas en el vestuario del Sevilla Atlético, deseoso de poder cambiar su suerte tras un aciago inicio de temporada.

De vuelta a la ciudad deportiva Ramón Cisneros Palacios, donde hoy (20:00) ejercerá de anfitrión ante el San Fernando, los pupilos de Luci Martín deberán emplearse a fondo para corregir algunos de los errores que lo condenaron ante el Ibiza y el Ejido.

Y es que, tras la disputa de dos jornadas, el primer filial sevillista aún tiene desierto las dos casillas más importantes de su clasificación: goles a favor y victorias.

Cierto es que en su dos encuentros precedentes, el Sevilla Atlético dio muestras de poder revertir pronto su suerte. Pero en un bloque de jugadores tan joven, y bajo la dirección de un nuevo técnico, aún deben pulirse algunos aspectos.

Eso sí, el margen de maniobra empieza a agotarse. El conjunto nervionense es el único, junto al Atlético Malagueño, que no ha sumado ningún punto, y aunque el objetivo este año pasa por volver a asentarse en la categoría tras un verano de profundos cambios, doblegar al San Fernando daría un buen impulso, tanto moral como numérico.

La empresa, no obstante, requiere de un innegable esfuerzo. El cuadro gaditano, curtido en las lides de la Segunda División B, ha empezado la temporada bastante enchufado y, de momento, se mantiene imbatido: una victoria y un empate lucen en su casillero.

Para superar al San Fernando, el técnico sevillista podría apostar de nuevo por el equipo que se batió al Ejido hace siete días. Asentar un bloque titular, reconocible y que crezca en confianza, es su objetivo.

En esa idea encaja a la perfección Pejiño. El de Barbate se vació en tierras almerienses, si bien su entrega cayó entonces en saco roto. Un tanto de lo mismo ocurrió con Chris Ramos, muy activo en el que fue su debut como sevillista.