El 0-0 satisfizo más a un Levante defensivo que a un Sevilla que, a pesar de jugar sin demasiada fluidez "lo intentó de todas las maneras", dijo su entrenador, aunque al final "la diferencia está en el acierto". "Hay una explicación lógica al resultado: la falta de acierto, porque sometimos al rival a mucha presión y exigencia pero no obtuvimos rédito", apuntó Míchel sobre el encuentro.

"Lo intentamos por todos los sitios, pero si no tienes acierto o puntería de cara a gol todo acaba 0-0. La sensación del partido la marca el resultado, ya que en realidad tuvimos mucha presencia en el área rival. Eso no se puede discutir mucho. Estoy disgustado con el marcador, pero no con el juego del equipo", destacó el entrenador sevillista, quien señaló en defensa de los suyos que buscaron "soluciones durante todo el partido, aunque sin suerte": "No hubiésemos mejorado mucho con más efectivos en el área. Antes de acabar jugando con dos delanteros también creamos ocasiones de gol, pero el 0-0 manda".

En este sentido, el madrileño fue cuestionado por Babá, que erró una buena oportunidad en el tramo final y sigue sin convencer a la afición: "Es cierto que en la grada hay cierto runrún con él que no ayuda. No es un clima cómodo para el jugador y hasta que no marque no cambiará. Pero tampoco hay un clima cómodo en el estadio ni para él, ni para otros compañeros ni para el equipo", afirmó Míchel, que añadió al respecto: "Todos los sevillistas, los que son de corazón y los que nos estamos haciendo, debemos ir hacia un mismo sitio. Por encima de cualquier cosa está el club y necesitamos a todo el sevillismo unido los 90 minutos. Supongo que el presidente y el consejo de administración estarán buscando soluciones, pero esas soluciones no deben venir sólo de un lado. El equipo muchas veces ha sido empujado por el público y ahora es el equipo el que tira de él. Eso también demuestra un grado de madurez de los jugadores".

Cuestionado sobre el planteamiento, el preparador nervionense descartó que fuera conservador porque "nunca jugamos con dos pivotes". "En la primera estaba sólo Maduro porque Rakitic y Medel actuaban como interiores. Intentamos buscar soluciones durante todo el partido, pero no estuvimos acertados. No creo que haya mucha gente que piense que sería ilógico que hubiésemos ganado, pero mandan los goles. No creo mucho en la suerte. Lo que no nos acompañó fue el acierto. Los jugadores están dolidos porque hicieron todo para ganar y no lo consiguieron. Con el partido que hicimos el jueves, era ilógico ganar 3-1; jugando como lo hicimos ante el Levante, lo lógico era ganar, pero seguro que tendremos más opciones de vencer si jugamos así".