cb sevilla | cai zaragoza

Al filo del abismo

  • Sin que el calendario se haya empinado aún, el CB Sevilla, obligado y presionado, necesita anotarse el primer triunfo ante un peligroso CAI

Suena a quimera encontrar una respuesta a la pregunta de si algo va bien en este nuevo proyecto. ¿Las dos primeras victorias europeas? ¿La irrupción de Oriola? ¿Que todos los trabajadores están al día en los cobros? Algo es algo, pero no suficiente. La plantilla del CB Sevilla, por mucho que se hiciera a salto de mata y con un criterio difícilmente entendible, no es la peor de la Liga Endesa y ésa es la posición que ocupa en la clasificación después de cinco jornadas.

El panorama no puede ir a peor y seguramente éste sea el mejor argumento para que los chicos levanten el ánimo y agachen el culo, aunque preocupa más el proyecto en los despachos que en la cancha, donde está visto y comprobado que terminar en el sótano de la tabla tampoco es condición sine qua non en la ACB para caer al hoyo de la LEB Oro, dicho con todos los respetos hacia la segunda competición nacional.

Tratándose de una información sobre el partido ante el CAI Zaragoza, prima lo deportivo y habrá tiempo por delante para seguir husmeando sobre qué intereses existen en Jefferson Capital Funding, el oscuro fondo de inversiones que se hizo con el paquete de acciones de Caixabank, para aparecer en Sevilla con el fin, supuestamente, de mantener en pie el baloncesto de élite.

Al filo del abismo está el conjunto de Scott Roth, bajo el mando de Audie Norris en este esperpéntico caso -la ACB no permite que el estadounidense sea el técnico pero no hay forma de que en San Pablo se bajen del burro-, cuando sólo han transcurrido cinco jornadas, con ésta seis, y queda un mundo. Las sensaciones son malas por la imagen que está ofreciendo el equipo, pero habrá que albergar esperanzas de algún día, por ejemplo hoy, llegue el punto de inflexión.

El referente ofensivo, el indomable, gélido y anárquico Pullen, está fuera de combate para siempre después de que el club anunciara su despido el viernes por la tarde. Su marcha evidencia que el sustituto a Jerel McNeal no era el apropiado y que la directiva se movió más por impulsos que por necesidades del equipo.

Recuperar la confianza, la fe y la motivación son los puntales para tratar de competir en una Liga ACB que sólo ha dado disgustos a los hispalenses en tan poco tiempo. Cuatro palizas recibidas y una dura derrota casera contra el Fuenlabrada, uno de los rivales menores, provocan que la alegría no esté instalada en los rostros de los jugadores. El CB Sevilla va obligado a la par que presionado, y a eso no están acostumbrados los jóvenes talentos como Radicevic, Porzingis y Hernangómez, y menos aún otro mozo como Thames, a quien lógicamente le está costando un mundo adaptarse a esta competición. Berni Rodríguez y Álex Urtasun tendrán que pilotar la nave, al menos en el apartado anímico, dada su experiencia.

El CAI llegará con el cuchillo entre los dientes. Con Ruiz Lorente como sustituto del malogrado Abós, los maños, que han ganado tres encuentros de cinco, disponen de un plantel muy equilibrado: Llompart, ahora acompañado por Lisch como pareja de bases, siempre crea problemas a los sevillanos; por fuera manda Jason Robinson, junto al ex cajista Joan Sastre, amén de Goulding y Pere Tomàs; por dentro sobresale Jelovac, el durísimo Katic y el talentoso Marcus Landry, otro de los que pudo quedarse aquí y tampoco lo quisieron...

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios