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La final de los pobres

  • El Cajasol puede dar un paso decisivo hacia la permanencia si gana en San Sebastián a un rival directo y crecido Manejar la tensión inicial y no perder nunca los nervios, claves

Llegó la hora de la verdad, el momento de demostrar la ambición, las ganas, la fe, el compromiso... en la final de los pobres. Y es que no hay títulos de por medio, pero la salvación sería algo parecido para un Lagun Aro y un Cajasol que disputan uno de los encuentros más trascendentes de la temporada. El triunfo para los sevilanos casi valdría salvación por adelantado y, con ello, garantizar el futuro inmediato del club. No es poco el premio. Pero ganar, en un ambiente que se espera caliente por la presión de la grada, exigirá un plus de competitividad, agresividad o descaro propio de las finales. Aunque sean pobres.

El rival se juega gran parte de sus opciones de salvación en este duelo a cara o cruz. En Illumbe, rebautizado como Donostia Arena 2016, habrá más que palabras y aquellos lechones que fueron devorados por lobos en San Pablo en la primera jornada ante el UCAM Murcia tienen que demostrar todo lo que han crecido desde entonces.

El conjunto de Aíto tiene margen. El que le dio su triunfo frente al Joventut tras cuatro derrotas consecutivas que lo han llevado a jugarse la permanencia ahora en las últimas jornadas. Todo un ejercicio de madurez ahora. Hoy en día Balvin tiene minutos importantes, Burjanadze está siempre disponible para pelearse con cualquiera, Satoransky es un líder y Sastre ha recogido el testigo de la responsabilidad que le ha pasado el técnico. Sin embargo, llega la hora de verdad y hay que ver cómo reaccionan los jóvenes, cómo templan los nervios en un encuentro de tanta trascendencia y cómo se sacuden la tensión que se vivirá durante los 40 minutos con miles de aficionados presionando a ellos y a los árbitros. Será ahí cuando la experiencia de los Blakney, Bogdanovic, Triguero o Tepic deba servir para que el equipo no se despiste y mantenga la concentración y fe hasta el final que lo llevaron a ganar el pasado sábado.

El Lagun Aro de Sito Alonso saldrá con una marcha más de inicio. Es consciente de que sus opciones pasan por sacar del choque a los cajistas y resolver antes del último cuarto. Llegar a los vestuarios metidos en el encuentro y aguantar el arreón local del tercer acto será el objetivo de los cajistas, sabedores de que los locales, que han ganado cinco de sus ocho últimos duelos aprovechando el buen momento de Qyntel Woods y Morris Finley. Frenarlos será misión de Sastre, Tepic, Asbury o Holland o el exterior de turno, incluso Satoransky, que cada vez juega más escoltando a Blakney en la dirección. El base fue clave para superar al Joventut, ya que Oliver, un base más rápido y con más experiencia, superó al checo sin problemas. No es la primera vez que le pasa esta temporada ante jugadores de esas características y como Javi Salgado, capaz de echarse el equipo a su espalda, por lo que Blakney volverá a tener un papel relevante.

Pero para ganar hay que creer, así como en el rebote se necesita un alto componente de deseo. Ir de verdad y a por todas, en definitiva. Hacerse fuerte por dentro para no conceder segundas oportunidades al rival será clave, pero también para contar con ellas, una de las armas del segundo equipo que más rebotes ofensivos captura (11,4) en la Liga. El problema es que el de enfrente tampoco anda mal en esta faceta (quinto, con 10,6 de media), por lo que, sin Williams -que viajó pero no jugará-, Triguero, Balvin y Mensah-Bonsu tendrán que estar atentos para que Doblas no haga el partido de su vida con sus buenos movimientos y colocación. Sin olvidar, claro, a un Guille Rubio con ganas de mostrar cosas e Ibekwe. La tarea de Bogdanovic es otra. El francotirador cajista debe martillear a los vascos desde el perímetro. Meter el primer intento es fundamental para que se crezca, como demostró con el 6/8 que firmó ante la Penya.

Vencer es el primer objetivo, pues significaría dejar al Lagun Aro, y por el ende el descenso, a tres victorias de ventaja más el basketaverage con apenas cinco jornadas por disputarse. Media salvación. Pero si ganar no es posible, hay que jugar con cabeza, con el 73-57 de la ida en la mente y no perder por más de 15 puntos para tener esa bala en la recámara. Todo cuenta, sobre todo con varios duelos directos aún por delante: Valladolid, Manresa, que tiene pie y medio en la LEB Oro, y Fuenlabrada, en la última jornada. Mejor hacer los deberes hoy y evitar así quebraderos de cabeza en Feria.

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