Fútbol amateur

En forma sin cinta ni jardín

  • Mientras futbolistas profesionales mantienen el nivel fisico en espaciosas casas o con máquinas hechas llegar por sus clubes, equipos y jugadores amateurs lo hacen con otros recursos

Ale Marín, goleador del Castilleja CF, trabaja los isquiotibiales y aductores en su casa de Olivares.

Ale Marín, goleador del Castilleja CF, trabaja los isquiotibiales y aductores en su casa de Olivares. / M.G.

Mantener la forma física ha sido y va a seguir siendo la gran preocupación de los futbolistas (y deportistas en general) que cumplen con el encierro domiciliario mientras no les es posible entrenarse junto a sus compañeros. Las redes sociales se han llenado de vídeos y fotos de jugadores preparándose para cuando se pueda volver al verde en amplios jardines, algunos con piscina, y disponiendo de un buen equipamiento y material deportivo.

Incluso ha sido habitual que los clubes les hayan hecho llegar a sus domicilios una cinta de correr –una trotadora como la llaman en Sudamérica–, una bici estática y todo tipo de material por costoso que sea. Todo para que el futbolista pueda reproducir lo mejor posible las condiciones de entrenamiento que tiene en el club.

Una aplicación en el móvil con la que el cuerpo técnico monitoriza hasta la calidad del sueño de los profesionales, nutricionistas que les mandan fotografias de platos y hasta la propia comida a domicilio y también psicólogos que les ayudan a llevar a cabo terapias para no caer en el estrés ni en la depresión en este periodo de confinamiento.

Pero hay otro fútbol y también otra realidad. La de cientos de futbolistas amateurs y semiprofesionales que tratan de hacer lo mismo con las escasas condiciones que tienen en casa. Futbolistas, preparadores físicos y técnicos de clubes de Tercera División o División de Honor, por citar dos categorías que están relativamente cerca del fútbol profesional, que deben agudizar el ingenio para, por ejemplo, reproducir un entrenamiento con carga aeróbica sin que el jugador disponga de un patio amplio o una cinta para correr.

Miguel Ángel Martin, preparador físico del Castilleja C.F. Miguel Ángel Martin, preparador físico del Castilleja C.F.

Miguel Ángel Martin, preparador físico del Castilleja C.F.

 

Miguel Ángel Martín, preparador físico del líder destacado del grupo 1 de División de Honor, el Castilleja CF, destaca las enormes diferencias de condiciones. “Evidentemente, con una cinta en casa puedes hacer muchas más cosas. Pero si no tienes ni cinta ni espacio, el trabajo aeróbico hay que hacerlo de otra manera, con sesiones de HIIT (High Intensity Interval Training), con las que conseguimos picos de intensidad combinados con periodos de descanso”, aclara.

De todas formas, ni en una cinta ni en un patio se puede reproducir la demanda real que exige el fútbol. Con una repetición constante de exigencia máxima (sprints) combinada con periodos de baja intensidad, son múltiples las frenadas, los cambios de dirección y las aceleraciones y desaceleraciones en un contexto abierto, lo que únicamente puede lograrse con un balón y un rival enfrente. “Nosotros contamos con que el futbolista que vive en un piso no tiene esas condiciones, pero con intervalos de intensidad, pliometría (multisaltos)... puedes darle un contenido aeróbico que después puede servirle cuando vuelva a entrenar”.

El técnico del equipo alixeño afirma que la capacidad aeróbica no es tan esencial ahora como el mantenimiento de los niveles de fuerza, “que evitará lesiones y va a permitir mayores niveles de carga” cuando haya que prepararse para competir.

De la misma manera piensan en el cuerpo técnico, compuesto en su mayoría por andaluces, del CD Ibiza Islas Pitiusas, segundo clasificado del grupo XI de Tercera División, que, encabezado por José Manuel Pérez Herrera, añade un dato a la forma de proceder durante el encierro. “Tenemos que aclararles a los jugadores que todo el trabajo que se les manda es para que lo hagan de forma voluntaria, ya que estamos en una situación de ERTE, no están empleados y no hay obligación de ningún trabajo específico, pero la respuesta está siendo muy buena”, relata el jerezano, técnico la Liga pasada del San Fernando en Segunda B y que subió al Sanluqueño a la categoría de bronce. “Nuestros jugadores trabajan dos días de forma individial en una tabla preparada por nuestro preparador físico, Chema Moreno, y del que suben un vídeo de un minuto o minuto y medio a un grupo de Whatsapp, y después hacemos otros dos días una sesión conjunta a través de la plataforma Zoom que dirige él aunque yo participe. Después, los sábados hacemos un trabajo de cohesión también por Zoom que, por ejemplo, puede ser un torneo de Trivial dividiendo el grupo en cuatro equipos. La verdad es nos reímos mucho y se pican bastante. Con eso también mantenemos el nivel de competitividad”, apunta.

Chema Moreno, Libertad Reyes y José Herrera, técnicos del CD Ibiza. Chema Moreno, Libertad Reyes y José Herrera, técnicos del CD Ibiza.

Chema Moreno, Libertad Reyes y José Herrera, técnicos del CD Ibiza. / M.G.

En este mismo cuerpo técnico, la psicóloga chipionera –también entrenadora– Libertad Reyes trata de vigilar el estado anímico, pero aclara que en casos excepcionales como el que vivimos, el futbolista amateur sale mucho más reforzado que el profesional. “El jugador de élite tiene más recursos en su casa y no está afrontando una situación sumamente estresante. El jugador de estas categorías afronta mayores molestias a nivel psicológico y se volverá más resiliente si aprovecha las circunstancias. En su gestión del tiempo, en las herramientas para trabajar... sabrá sobreponerse más y se hará más fuerte”, aclara Libertad, que, evidentemente, marca las diferencias entre un ERTE para un jugador de Primera con respecto a las consecuencias que tiene para un futbolista con un sueldo medio de 600 euros, o menos incluso, y hasta sin prestación alguna. “Es que es todo, la preocupación diaria, los ahorros... no son comparables. Además, se da el caso de que muchos de estos jugadores viven en un piso 3 ó 4 compañeros que deben aprender a convivir más tiempo y a autogestionarse”.

En el Aroche CF, club de la sierra onubense recién ascendido a División de Honor y una de las revelaciones del grupo 1, ya están acostumbrados a trabajar en condiciones difíciles durante todo el año. Jaime Díaz, su entrenador, tiene en su plantilla jugadores de la sierra, de Huelva capital y de Sevilla y sólo un día a la semana, el viernes, pueden entrenar juntos. “Los martes hacíamos fisico cada uno en su lugar que verificamos individualmente con una aplicación, los jueves los de Sevilla y los de Huelva capital entrenaban junto a equipos de confianza que los han acogido muy bien y el viernes nos juntábamos todos para la preparación de cada partido”, explica.

Jaime Díaz se dirige a sus jugadores en el vestuario del Aroche C.F. Jaime Díaz se dirige a sus jugadores en el vestuario del Aroche C.F.

Jaime Díaz se dirige a sus jugadores en el vestuario del Aroche C.F. / M.G.

El técnico del Aroche, un club modestísimo, pero con una afición espectacular, relata cómo están preparándose para la vuelta a la competición. “Dimos un plan de ejercicios a nuestros jugadores para que, con 30 minutos de movilidad articular y algo de fuerza en isométrico, intentaran mantener todo lo posible una rutina. Les aconsejamos que se pesaran todas las semanas para tener un control y también los seguimos a través de nuestro preparador fisico, que es personal trainer y hace sesiones en Instagram. Intentamos motivarlos para que lo hagan tres veces en semana la clase completa”.

Para ilustrar las sensaciones de los protagonistas, Ale Marín, segundo máximo goleador en División de Honor, explica cómo saca partido al pequeño patio que utiliza como gimnasio improvisado en una vivienda antigua de Olivares. “Es la casa de mi abuela y mucho espacio no hay, pero sigo el plan que nos puso el cuerpo técnico y trato de reforzar también por mi cuenta el core, el cuádriceps... Es un corralillo que además tiene un desnivel, por lo que no se puede ni correr ni tampoco hacer nada con balón”, dice el joven punta del Castilleja, que se acuerda de los jugadores de élite. “Los ves y te da un poco de envidia, pero dentro de lo que cabe hay que tratar de mantener una rutina y no amargarse”, mandamientos para superar el estrés cuando fuerzas mayores mandan, aunque en fútbol éstas también distingan entre clases.

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