Con nueve puntos de ventaja con respecto a la zona de descenso a falta de cinco jornadas para el final del campeonato, en el Betis se está ya más pendiente del futuro más inmediato. Y, con los dirigentes ultimando la contratación del nuevo director deportivo -Miguel Torrecilla es el preferido-, Dani Ceballos se encargó de mostrar en Balaídos que el proyecto deportivo debe tenerlo como uno de sus pilares desde los que comenzar a construir ese Betis que pelee por cotas más elevadas que las actuales.

Juan Merino optó en esta ocasión por ubicar al utrerano como volante izquierdo, después de reforzar el mediocampo con el brasileño Petros y otorgando libertad a Joaquín desde la mediapunta. Y Dani Ceballos canalizó el juego de ataque. Todos las acciones ofensivas de los verdiblancos pasaron por las botas del utrerano, que viene exhibiendo en los últimos tiempos esa ascensión sobre los partidos que se demandó desde el inicio.

Su salida del campo significó el primer paso atrás del Betis, que hasta entonces había resistido con orden los arreones del Celta, sobre todo por esa capacidad del utrerano para lanzar a sus compañeros. Así dejó a Rubén Castro sólo ante su homónimo portero local, aunque el toque sutil del canario esta vez se marchó desviado.

El nivel del equipo verdiblanco se resintió con los movimientos ordenados por Merino, quizá sobre todo por elegir a Dani Ceballos en el primer turno, por más que éste hubiera recibido una tarjeta amarilla. Eso sí, el fondo de armario disponible para el linense tampoco permitía demasiados malabarismos. Ahí entra la responsabilidad de Eduardo Maciá, ese gurú que llegó avalado por empleados cualificados de la entidad, que ahora tratarán de hacer méritos en los pasillos con su sustituto.

Apuntó Ángel Haro el miércoles pasado que el Betis debe mirarse en el Atlético. Se refería a ese cambio de mentalidad experimentado por el conjunto colchonero desde la llegada de Diego Simeone, pero el verdadero espejo del actual club era su rival de ayer. Ascendido un año después, el Celta ha ido dando pasos cada temporada hasta pelear hoy por hoy la quinta plaza. Precisamente, los dirigentes béticos tienen señalado a Miguel Torrecilla para el cargo de director deportivo.

Con casi 15 millones menos en su límite salarial, el Celta ha diseñado un equipo reconocible, con sus carencias, sobre todo defensivas, pero con numerosas virtudes que lo convierten en un conjunto vistoso y atractivo para el espectador. Los 20.000 fieles que acuden a Balaídos cada jornada así lo vienen disfrutando en los últimos años, aunque parece que el proyecto está llegando a su techo. Quizá ése sea el argumento que pueda utilizar el Betis para convencer a Torrecilla. Sea éste u otro, con Felipe Miñambres en la recámara, Dani Ceballos será el eje de cualquier planificación.