Sevilla | murcia · informe técnico

Un golpe de pragmatismo

  • El once de Jiménez supo dejarse llevar en una tarde sosa y plana que no quiso alterar para administrar su madrugadora renta sin sobresaltos · La estrategia pasa otra vez factura pese al buen partido de la zaga

Hay situaciones en las que hay que saber dejarse llevar y en el fútbol, también. El Sevilla tuvo ese gol de Luis Fabiano que le facilitó las cosas desde muy pronto, aunque son rentas que no son sencillas de administrar con tantos minutos por delante. Se da muy a menudo que un gol en los primeros minutos acaba por ser contraproducente. El Sevilla supo navegar sin que se produjeran sobresaltos por un partido que lo que pedía era eso, control y poco ritmo. El producto final fue una tarde sosa, plana y sin ocasiones, pero a veces es lo que se busca y el Sevilla no está en situación de alterar cosas que han tomado la dirección correcta. Eso sí, atrás la psicosis en ciertos balones permanece.

Defensa

Un buen partido de los centrales. Fazio y Mosquera estuvieron rápidos, atentos y no sufrieron por bajo. El control del partido no permitió que salieran de su zona con balones a los espacios y sólo habría que ponerles algún pero a la hora de sacar el balón de atrás y, por supuesto, las dudas que siguen sin desaparecer en las jugadas a balón parado. El Murcia también hizo daño así y los últimos minutos fueron de cierta inquietud. En el medio centro había que ver cómo se desenvolvía el equipo sin un pivote de los de quedarse. Keita sacrificó su llegada para mantener el control y apenas tuvo aprietos.

Ataque

Luis Fabiano se convirtió en el eje, en la boya en la que había que flotar para dar la vuelta al ataque y ponerse mirando a Notario. Lo hizo en el tempranísimo 1-0 y lo siguió haciendo después hasta la entrada de Kanoute. Además, Jesús Navas fue un gran aliado ayer. Por lo demás, en la falta de ritmo se juntaron varias cosas: la acumulación de rivales en el centro, el cansancio de gente sin fuelle como Maresca o Duda, el esfuerzo del miércoles...

Virtudes

El control. Administrar no es fácil.

Talón de aquiles

Otra vez la estrategia defensiva.

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