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Para grabarlo y gustarse (91-71)

  • El Cajasol barrió al Baskonia en el mejor partido del curso. Los sevillanos lo bordaron en defensa

La transfusión sanguínea funcionó y la horchata que parecía que tenían los cajistas en vena en Fuenlabrada pasó a ser sangre, coraje, competitividad... ante el que era líder en solitario de la ACB, el Caja Laboral, que hincó la rodilla por 91-71. Sí, por 20 puntos. No es una errata ni un cambio en el marcador. El Cajasol se llevó el triunfo por derecho, haciendo el mejor partido de la temporada ante uno de los rivales más fuertes que se puede encontrar en España y en Europa, aun no estando en su mejor momento.

No es ésa la excusa de los vitorianos. Simplemente, los de Joan Plaza les pasaron por encima en un encuentro que seguro tendrán grabado y verán para gustarse. Para saborear una victoria tan inesperada como necesaria, que reactiva la moral de un grupo que dio una lección de baloncesto y honestidad a quienes habían perdido la fe en él tras los últimos descalabros ligueros, sobre todo lejos de su fortín de San Pablo, que comienza a ser un Fernando Martín de Fuenlabrada o el Centro Insular de Gran Canaria: quien quiera rascar algo positivo lo va a pasar antes muy mal. La defensa y el rebote marcaron el devenir de un duelo en el que los locales no dejaron a los visitantes meterse nunca en el choque... y así les fue.

El Cajasol entendió desde el salto inicial de Paul Davis cuál era el camino para llevarse el choque: estar concentrado los 40 minutos y pelear a muerte cada acción. Concentración de principio a fin. Eso exigió Plaza a los suyos, que respondieron con una grandísima defensa y un ataque eléctrico, que buscaba siempre la mejor elección de tiro y que estuvo liderado de inicio por un buen Katelynas, que por fin se dejó caer, y la dirección de un Satoransky que más vale que tenga un contrato bien blindado si sigue con esta progresión.

Entre los dos, bien apoyados por Kirksay y el cinco norteamericano, mostraron al comienzo una pincelada de lo que sería el partido: 7-0 de inicio y Barac al banquillo en menos dos minutos con dos faltas personales. Ivanovic sacó a Haislip y dejó cojo a su equipo de una figura en la pintura, ya que tanto él como Teletovic tienen alergia a la zona. Los hispalenses aprovecharon esta circunstancia para abrir brecha. Daba igual si no entraba el primer lanzamiento, porque los de Plaza entraban con ganas al rebote y lograban segundas oportunidades para ver aro (76 tiros de campo frente a los 51 vitorianos). Fue ésta una tónica en todo el encuentro (22 rebotes ofensivos) que pronto tuvo su reflejo en el marcador.

Con 11 puntos arriba acabó el primer cuarto. El técnico baskonista, viendo lo que se le podía venir encima dada la diferencia de actitud de unos y otros, volvió a confiar en Barac... pero no había forma de cortar la sangría. Un parcial de 17-2 permitía al Cajasol doblar a su rival (38-19) y desquiciaba a Ivanovic, que se ganó una técnica que venía buscando desde hacía algún tiempo. Por unos minutos logró lo que quería, que los árbitros fuesen más permisivos con los vascos en defensa, donde empezaron a sacar las manos sin ser sancionados.

Pero ni así podían parar el vendaval ofensivo cajista -anotaron todos los que jugaron excepto Pámpano, que sólo estuvo en pista los últimos 50 segundos-, que encontró en un sensacional Urtasun el relevo de Katelynas para que la diferencia se fuese hasta los 20 puntos poco antes del descanso. Parecía un sueño. El Cajasol barría al Caja Laboral del parqué con una superioridad incontestable y sólo Teletovic parecía tener el orgullo herido para intentar mantener a flote a los suyos.

La reacción tenía que llegar. El campeón de Liga estaba herido, pero era de esperar una reacción después de, seguro, una sonada bronca de Ivanovic en el vestuario. El líder apuntaló su entramado defensivo para impedir las canastas fáciles del Cajasol y Teletovic hizo su aparición en el partido para reducir la diferencia con dos triples estratosféricos que amenazaban la ventaja local, que mediado el tercer parcial llegó a los 10 puntos (60-50).

Pero ahí apareció Urtasun para tomar el mando de las operaciones, marcarse un triple salvador (66-53), pues era clave no bajar de la decena de puntos, que hundía al Caja Laboral en la cruda realidad: el partido lo tenía perdido. La reacción no cuajó porque el Cajasol no se puso nervioso; porque mantuvo la concentración en defensa, con Triguero cazando todos los rechaces y mandando en la pintura y forzando la quinta de Barac; Satoransky dirigiendo la orquesta; y Sastre dando argumentos de que se puede contar con él.

El Cajasol ganó arrasando al Caja Laboral, barriendo al líder de la ACB desde el principio, levantando los "olés" de una grada que hacía la ola, jugando con una actitud propia de un equipo ganador, con sangre y no con la horchata de Fuenlabrada. El partido fue para grabarlo y gustarse..., pero no para relajarse, porque hoy toca viaje a Riga, mañana partido, el sábado contra Estudiantes... Esto no para.

- Ficha técnica:

91 - Cajasol (28+23+20+20): Satoranski (9), Katelynas (17), Kirksay (10), Bullock (10) Davis (13) -cinco inicial-, Sastre (5), Urtasun (14), Popovic (3), Triguero (8), Cabanas (-), Pampano (0) e Ivanov (2).

71 - Caja Laboral (17+16+22+16): Huertas (11), Teletovic (18), San Emeterio (12), Haislip (7), Oleson (7) -cinco inicial-, Ribas (2), García (-), Logan (3), Musli (2), Barac (5), Bjelica (4).

Árbitros: García Ortiz, García González y Soto. Eliminaron con cinco faltas al jugador del Caja Laboral Stanko Barac.

Incidencias: Partido de la décima jornada de la Liga ACB disputado en el Palacio de los Deportes San Pablo ante 6.200 espectadores.

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