El Écija, después de rozar el descenso por culpa de sus problemas económicos, se ha puesto manos a la obra para comenzar un nuevo proyecto que ilusione a la afición de San Pablo en el inminente curso. Así, la entidad astigitana ya se ha puesto manos a la obra y contrató días atrás a su nuevo técnico, el ex futbolista del Betis Risto Vidakovic, que tras estar dos campañas como segundo entrenador de Javier Clemente en el Real Murcia ha decidido dar un paso adelante en su carrera profesional y empezar su aventura como entrenador en solitario en el cuadro azulino.

Ahora, el preparador serbio, junto al resto de miembros que forman el área deportiva, tiene la difícil misión de formar una plantilla de garantías, pues son sólo siete futbolistas los que la componen al cierre de esta periódico. Entre ellos, destaca la incorporación del defensa José Antonio Solano, anunciada ayer por el club. Solano, central que ya militó en el Écija entre 2006 y 2008, llega procedente del Barcelona B, de donde se ha desvinculado tras estar un año a las órdenes de ex internacional Luis Enrique.

Pero en el club se sigue trabajando a marchas forzadas en este sentido, pues sus rectores son conscientes de que el hecho de empezar con retraso en materia de fichajes supone formar un nuevo plantel y es una gran desventaja con respecto al resto de equipos del Grupo IV. Pese a todo, la ilusión en todos los estamentos del Écija para esta temporada es máxima, ya que el esfuerzo de sus rectores por solventar el problema de las denuncia formuladas en la AFE por casi la totalidad de los miembros de la plantilla del curso anterior.

Después de acariciar el ascenso a la Liga Adelante hace dos campañas, de la mano de José María Nogués, el Écija pasó momentos de mucha inquietud a lo largo del curso pasado, donde le costó mucho levantar la losa de su pésimo arranque de liga. Los ecijanos estuvieron sin ganar las siete primeras jornadas, lo que propició que se metiesen en los puestos bajos de la tabla.

De este modo, aparecieron los primeros nervios en un equipo que, pese al recorte presupuestario que padeció, partió con la vitola de estar en la zona noble luchando por disputar el play off. Ante esta situación, la dirección deportiva del conjunto de San Pablo llegó a un acuerdo con el entonces técnico, Pedro Buenaventura, para que éste dejara su cargo. La salida de Buenaventura y la llegada del hoy entrenador del Betis B, Oli, tuvo un efecto positivo, pues el equipo enlazó una buena racha que lo colocó en una situación cómoda.

Sin embargo, una serie de malos resultados en los últimos coletazos de la temporada provocó que los astigitanos tuvieran que esperar a la última jornada para conseguir la permanencia. Un triunfo (2-1) ante el Linares llevó la tranquilidad a un conjunto que parte con ilusiones renovadas pese a las dificultades para confeccionar la plantilla.