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Sin ideas claras ni valientes (66-73)

  • Los de Plaza caen lastrados por sus errores propios. Con Davis tocado, nadie asumió el papel de líder.

Las diferencias entre un equipo medio y otro grande va más allá de los detalles. Se encuentran en la calidad de los jugadores, en la gestión de momentos importantes y en el respeto que infunden años de trayectoria en los colegiados. Todo ello, amén del demérito en la zona del Banca Cívica, llevaron al Caja Laboral a triunfar en Sevilla, aprovechando la falta de contundencia de los interiores locales en el rebote y la falta de puntería desde el perímetro.

Decía Dusko Ivanovic en la previa que por dentro podían hacerle daño a los suyos los hombres altos del cuadro sevillano, pero, con Davis a medio gas, Teletovic y Milko Bjelica se bastaron y se sobraron para poner en jaque al conjunto sevillano y romper una racha de dos derrotas consecutivas en una cancha, San Pablo, de la que ya han volado tres victorias (Fuenlabrada y Unicaja).

Y es que ante todo un Caja Laboral, por mucho que sea el peor desde hace años, no se pueden conceder 17 pérdidas ni 14 rebotes ofensivos cuando el promedio de los vascos es de 10. Son demasiadas segundas oportunidades con las que Heurtel, Oleson y los pívots vitorianos martillearon la canasta hispalense en el tercer cuarto, cuando se decidió el duelo en tres minutos, los tres últimos, para olvidar del plantel de Joan Plaza. Justo acababa de anotar su segundo triple Guille Rubio (46-48) cuando de pronto se le bajaron las persianas a los andaluces, incapaces de frenar la mayor alegría que pusieron a su juego los de Ivanovic. Incluso Jasen y Urtasun tuvieron la ocasión de empatar el partido, pero las malas elecciones en el lanzamiento locales fueron aprovechadas por los alaveses, que clavaron un parcial de 0-9 con Milko Bjelica aprovechando los espacios que el Banca Cívica dejaba bajo el tablero.

Pero no siempre fue así. En el primer tiempo el Banca Cívica, aun con los mismos defectos, sí que supo atacar la canasta rival gracias a una mayor intensidad atrás que le permitía robar balones y anotar con velocidad al contragolpe. Así llegaron un par de mates de Satoransky en un primer cuarto que acabó 15-19 para los visitantes. Después, la entrada de Urtasun dio un mayor dinamismo al ataque y con un triple del navarro, precedido de otro de Guille Rubio, los locales lograban seis puntos de diferencia (31-25) ante un rival que andaba con el paso cambiado y con las ideas nada claras.

Apostó Plaza por jugar sin bases, con Tepic subiendo el balón, y tras un par de errores no forzados y una rigurosa antideportiva al ala-pívot catalán, que no fue medida con el mismo rasero cuando Pau Ribas o San Emeterio calcaron la falta más tarde al cortar una contra, voló la ventaja para llegar al descanso 33-33 con un triple de Oleson casi sobre la bocina. Defender y atacar en los últimos segundos no es lo mejor de este Banca Cívica.

Tampoco en el aro contrario se andaba demasiado fino. Por dentro nadie hacía daño en la zona (0/2 en tiros libres al descanso), la efectividad en los tiros de tres puntos no era la tabla de salvación de otros días y sin Davis, que jugó 15 minutos pero sin apenas intensidad, al parecer por un problema en el tobillo que le ha impedido trabajar bien esta semana, encestar parecía una empresa más difícil porque tampoco nadie asumía ese vacío en el liderazgo. Urtasun se resbalaba cada vez que entraba a canasta, English está condenado al banquillo si falla dos veces seguidas, Calloway y Satoransky no imponían su ritmo a Prigioni y Heurtel y sólo Jasen y Guille Rubio dieron la cara en un tercer periodo en el que los sevillanos acabaron 11 puntos abajo y perdieron sus opciones de hincarle el diente al rival.

Nada cambió en los últimos 10 minutos. El Baskonia impuso su juego, moviendo el balón con velocidad haciendo que las ayudas locales llegasen tarde y dejando, en algún momento, a algún jugador completamente solo para ejecutar el lanzamiento. Para colmo, Davis, aunque estaba más fuera que dentro del encuentro, fue eliminado ante la quisquillosa vara de medir de los colegiados, que veían falta incluso cuando era el norteamericano el que recibía el palo. Remontar ante un conjunto de la experiencia de los baskonistas sin el mejor hombre en ataque era ya misión casi imposible, sobre todo porque la defensa no daba la sensación de poder frenar en seco a un Caja Laboral que jugó muy cómodo con el marcador a favor. El primero de los tests coperos salió cruz, y ahora espera el Lucentum en Alicante.

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