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La ilusión sigue intacta

  • Las sensaciones y la situación en la tabla, a dos puntos del líder, mantienen el optimismo con el rendimiento del Sevilla. El equipo de Emery sigue igualando el mejor arranque de la historia.

La segunda derrota de la temporada, tras tres meses y medio de competición, no ha tenido el efecto de la primera. Las feroces críticas que recibió Unai Emery cuando el Sevilla cayó ante el Atlético en el Vicente Calderón no se han repetido de igual manera a la vuelta de la visita a San Mamés a pesar de que en Bilbao se esfumó la posibilidad histórica de colocarse como líder en solitario de Primera División.

Evidentemente, los condicionantes no son iguales. El crédito que da estar a estar alturas del campeonato en todo lo alto de la tabla ha servido para que el entrenador guipuzcoano no sea visto por el aficionado más crítico como el culpable máximo de la derrota, como ocurrió tras la goleada encajada en el Manzanares, donde a Emery se le discutió la decisión de incluir a Carriço como tercer pivote reforzando el centro del campo.

Pero, sin duda alguna, lo que puede extraerse de las sensaciones que se tienen en el entorno tras esta segunda derrota es que la ilusión sigue intacta pese a que un solo resultado haya motivado que el Sevilla, de hipotético líder si hubiera ganado en Bilbao, cayera hasta el quinto puesto que ahora ocupa.

Pero las distancias son mínimas y las señales que emite el equipo son buenas también. Pese a que muchos sigan pensando que el Sevilla se arruga en las citas decisivas, la verdad es que los blancos dominaron al Athletic en muchas fases del partido. El conjunto de Emery está a dos puntos del liderato, ahora ocupado por el Real Madrid, y empatado con el cuarto.

Y pese al frenazo sufrido frente al equipo de Ernesto Valverde, el Sevilla actual sigue firmando un arranque liguero para la historia. Emery ha calcado en diez jornadas la trayectoria de las dos mejores campañas del club en su historia en este segmento de competición. Como ahora, 22 puntos sumó el Sevilla de Juande Ramos que luchó por el título de Liga hasta la penúltima jornada en la temporada 06-07 y también el de Jiménez y Álvarez que terminó cuarto en la 09-10.

Pero, más que nada, las sensaciones que hay dentro del equipo son inmejorables. Aun con cosas que corregir, la autoconfianza del grupo es máxima y la implicación de todos los jugadores sin excepciones es algo que valora enormemente tanto el cuerpo técnico que encabeza Unai Emery como la dirección deportiva que supervisa Monchi. La competitividad sube como la espuma y eso eleva el nivel futbolístico y de rendimiento de toda la plantilla, que se ha demostrado que está enchufada y dispuesta a dar el do de pecho en las tres competiciones.

Evidentemente, bajar de arriba del todo al quinto puesto ha significado una pequeña decepción, pero desde el club se trata de ver las cosas por el lado bueno y ello esconde una enseñanza: el hecho de que no se pueden bajar los brazos. También ha llegado a asimilarse -y así lo reconoció el propio Emery- que la ansiedad y la presión de poder colocarse líder jugó en contra de sus jugadores en momentos puntuales. Mejor no ser tanto la referencia y seguir bien colocados, como hasta ahora.

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