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Esos imponderables que adornan al fútbol

  • El Sevilla sale tibio, confía en su control para que la victoria caiga por inercia, pero el autogol alimenta a un rival con más hambre

Por lo mismo que el Rubin Kazan ganó en el Camp Nou, el Unirea venció al Sevilla: el fútbol tiene esa carga ilógica, que tanta riqueza le da. Los rumanos le dieron la pelota al Sevilla, éste asumió el control y probó si a medio gas le bastaría para que la victoria cayera por su propio peso. Se encontró con la madera dos veces y siguió a lo suyo. Pero por esos imponderables de este deporte, Dragutinovic despejó un balón hacia su portería y esa mayor intensidad del más necesitado, el Unirea, tabicó la portería de un buen portero, Arlauskis.

Defensa

El rival renunció sin remilgos a la iniciativa y se metió atrás, con cuatro defensas, cinco medios -uno de ellos, incrustado muy atrás- y un solo punta a lo que cayera. Vista la propuesta, la defensa sevillista dio el paso adelante. El Unirea confió su suerte a una recuperación y una salida rápida en busca de Varga, su único punta, que sorprendiera a la adelantada zaga sevillista. O una jugada a balón parado con el golpeo de Apostol. Y llegó con esta segunda vía, aunque por el fallo de Dragutinovic.

En la segunda parte, ya con ventaja, Varga cazó un par de balones prolongados de cabeza hacia el área y remató con peligro.

Ataque

Lolo y Zokora se plantaron en campo del Unirea y empezaron a tocar con paciencia, en busca de que aflorara alguna línea de pase y con ella la profundidad. Enfrente, el Unirea ni siquiera presionó el inicio de los ataques sevillistas, se limitó a mantener bien cerradas las bandas y la zona de tres cuartos. Jesús Navas siempre tuvo a dos perros de presa por su costado, como Diego Capel por la izquierda, mientras que Kanoute apenas pudo recibir de espaldas.

En la segunda parte, visto el marcado repliegue del Unirea, Konko trató de desdoblarse con Jesús Navas sin mucho éxito. La entrada de Renato abrió algo el juego por las bandas, pero en ellas sólo Perotti hizo daño de verdad en sus 20 minutos plenos de habilidad y verticalidad.

Virtudes

Llevó el partido bien hasta el imprevisto. Perotti va para crack.

Talón de aquiles

El equipo salió sin apretar el acelerador y cuando lo quiso hacer, había más prisas que espacios.

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