Entre las cuatro imágenes que acompañan a esta información hay nueve años de diferencia. Todas están tomadas en la Puerta de Jerez, lugar de celebración de los éxitos de los aficionados del Sevilla, pero, siendo todos ellos hitos históricos en la vida del club nervionense, no produjeron el mismo sentimiento entre los seguidores, al menos en lo que se refiere a una de ellas, la última, tomada el pasado miércoles una vez concluido el partido de Getafe cuando el equipo de Jiménez culminó su clasificación para la final de la Copa del Rey.

La crispación que vive la afición sevillista y el supino nivel de exigencia que ha adquirido hace que la presencia del equipo blanco en su séptima final de Copa en 104 años de historia fuera celebrada por apenas unos 40 aficionados en la Puerta de Jerez. Nada que ver con otros logros mucho menores que concentraron multitudes en este enclave mágico para los sevillistas. Así, cualquiera de los dos últimos ascensos a Primera son dignos de reseñar, con los futbolistas presentes incluso en la fiesta. O la clasificación para disputar -sólo disputar- la Copa de la UEFA tras un triunfo épico ante Osasuna con gol de Baptista. Nada que ver lo vivido la noche del miércoles tampoco como el día en que el Sevilla remontó un 1-0 en contra a Osasuna en las semifinales de la UEFA con un 2-0 en Nervión. Glasgow ya sería otra cosa.