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Una jornada marcada por el siete

  • Raúl, Villa y Forlán, que llevan el número cabalístico en su espalda, marcaron a pares · El madridista 'respondió' a Aragonés, el valencianista a Koeman y el atlético tranquilizó a Aguirre y su entorno

Ocho son los puntos de ventaja del Real Madrid sobre el Barcelona y mil las sensaciones que favorecen a los blancos para atravesar los 15 jalones que quedan hasta el final del campeonato. Pero el siete también tuvo su gran cuota de protagonismo el pasado fin de semana. Y no sólo por el siete que le hizo el líder al Valladolid. También porque ese número que tanta literatura tiene es el que lucen tres destacados jugadores con ganas de decir cosas sobre la hierba: Raúl, Forlán y Villa. Los dos primeros son de los puntas más destacados de esta Liga, y el tercero trata de volver a serlo, como en los últimos años.

osado mendilíbar

El fútbol suele premiar a los valientes, pero a veces no ocurre así. El Valladolid, que tantas y tantas veces salió al Bernabéu a aguantar atrás y ver si sonaba la flauta -como casi todos-, plantó el pasado domingo su línea de zagueros casi a la altura del centro del campo. Mendilíbar es un romántico del fútbol, y hasta ahora le ha ido muy bien con su arrojo, el espíritu desenfadado de sus equipos. Pero los jugadores de morado no bloquearon las líneas de pase, los madridistas entraron una y otra vez con balones largos a la espalda y lo demás es ya conocido. Siete goles como siete soles. Fue una invitación a que Guti sacara ese taco de billar que tiene en su zurda, a que Robben y Julio Baptista se incorporaran desde la segunda línea al remate con metros y sin oposición hasta el portero Asenjo.

Al frente de las operaciones, el siete. El que lleva 11 goles, como en la Liga 2003-04 a estas alturas. El que lleva 198 dianas en Primera. Raúl, esta temporada, tiene más chispa y está a gusto bajo el patrón de Schuster, que le procura más gente alrededor para asociarse que hace un año, con Capello. Su pared vista y no vista del segundo gol refleja el gusto por el placer de jugar que ha recuperado el capitán. Entre eso y el plus de estímulo que encuentra por su cuestión personal con Aragonés, Raúl rinde a un nivel superior a casi todos los delanteros españoles.

el guaje responde

Otro siete ilustre, aunque con más futuro que pasado, se reivindicó el domingo también. No ante el seleccionador, sino ante su propio técnico. Trascendió la semana pasada que incluso Villa estaba en esa lista de jugadores prescindibles que Koeman ha confeccionado, y el asturiano apretó los dientes ante el Betis para responder sobre la hierba, además legitimado por el apoyo de la grada. El entrenador holandés debería replantearse lo de prescindir del Guaje si se tiene en cuenta que, hasta el momento, Koeman sólo ha logrado tres triunfos en la Liga y en esos tres encuentros Villa ha logrado cinco goles: dos contra el Murcia y el Betis en Mestalla y otro contra el Valladolid en el Nuevo José Zorrilla. Además, ¿dónde va a encontrar un punta mejor el año que viene? Lleva siete goles, pero en condiciones normales le asegura al equipo más de 15 por campeonato.

respiro para aguirre

Quizá el Kun tiene más tirón mediático, pero más repercusión aún que el juego del argentino está teniendo la aportación de Forlán para que el Atlético more en zona de Champions. Otro dorsal siete de lujo, que de rojiblanco ha recuperado su instinto rematador, el que le llevó al Pichichi hace tres años con 25 goles. Esta temporada seguramente no llegue a esa cifra, pues suma nueve tantos, pero Javier Aguirre no se lo va a echar en cara: reporta puntos por sus goles, muchos de ellos al alcance de pocos, y además reporta puntos por lo mucho que hace jugar a los que tiene alrededor gracias a sus movimientos de arrastre, desmarques, paredes y pases. Cuando el panorama se oscurece, como era el caso en el Pupas, aparece el rubio que tuvo que salir del Manchester para sentirse protagonista principal. Hace tres años impulsó al Villarreal a la Champions y en ello está vestido de rojiblanco.

Por cierto que en el Villarreal otro dorsal siete está brillando como hacía en el Arsenal de Wenger antes de que se lesionara de gravedad en verano de 2006 con motivo del Carranza: Robert Pires. Su fútbol de seda ha hecho olvidar al mismísimo Riquelme, lo que no es poco.

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