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El juego de equipo como principio

  • El triunfo ante Obradoiro se basó en un reparto del protagonismo.

La tercera victoria del Betis Energía Plus, lograda el domingo frente al Obradoiro, llegó a San Pablo con una demostración ejemplar de juego en equipo. Como si hubiera estado establecido en un guión previo, siete de los diez jugadores que actuaron en el choque frente a los compostelanos afrontaron la responsabilidad de la faceta anotadora casi por turnos.

Si en el primer cuarto del encuentro, ese discreto periodo del conjunto bético, fue Lockett quien mantuvo con vida a los suyos con seis puntos (dos de tres en tiros de dos y dos de dos en tiros libres), fue Nachbar, con ocho puntos, quien hizo lo propio en el segundo cuarto (dos de cinco en tiros de dos, uno de uno en la línea de 6,75 y dos de dos en tiros libres).

Lockett, una de las sensaciones del equipo en este arranque de temporada por su versatilidad y por su actitud, no eludió la cuestión acerca de este juego coral que caracterizó a los béticos. "Ésa es la idea de equipo que tenemos. No hay únicamente un jugador que aporte en beneficio del grupo. En algunos momentos es uno quien toma la responsabilidad del tiro y en otros el acierto es de otros. Es un ejemplo del tipo de equipo que somos", señaló el alero verdiblanco, quien estadísticamente quedó frenado al término de la primera mitad: con nueve puntos y nueve rebotes, estuvo a una unidad de registrar un doble-doble.

Pero el equipo no precisó de los números del estadounidense, cuyo relevo en el capítulo anotador fue tomado por otros jugadores en el tercer periodo. Fue el caso de los ocho puntos de Zoric (cuatro de cuatro en tiros de dos), misma puntuación que Stojanovski (tres de tres en tiros de dos y dos de dos en triples), o los seis puntos de Chery (dos de tres en tiros de dos).

Fue en ése, en el tercer cuarto, cuando el equipo entrenado por Zan Tabak logró definitivamente la remontada después de haber estado intentándolo hasta el momento. El propio Tabak, al ser preguntado por el particular, explicó cómo la plantilla está precisamente diseñada para integrar a "ocho, nueve o diez jugadores que puedan aportar", en lugar de "concentrar el presupuesto en tres o cuatro", refirió antes de destacar a dos nombres concretos, "pese a que no me gusta hablar de jugadores": la importante labor de Triguero y de Milosevic.

El ala-pívot serbio, que dirigió al equipo de modo fructífero en varias fases del choque, protagonizó su mejor actuación como verdiblanco. En el último cuarto, con cuatro puntos, fue decisivo, aunque no tanto como Alfonso Sánchez, que reservó su estrella para la fase definitiva. Sus dos tiples anotados en este periodo resultaron decisivos. "No queremos que las individualidades sobresalgan, sino que ganemos por la fuerza del equipo", declaró a la conclusión del partido.

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