Ludde Hakanson. Jugador del Baloncesto Sevilla

"De niño jugaba al golf, pero la apuesta, por el clima, era difícil"

  • El sueco, que empezó como escolta pero ahora disfruta como base, se muestra feliz en Sevilla y en un club "en el que los jóvenes pueden crecer".

Debutó con el Barcelona en la ACB, pero, como le pasara a otros, como el madridista Willy Hernangómez, ha sido en Sevilla donde tomó la alternativa de verdad. Su pasó por la VTB le sirvió para creérselo y ahora Ludde Hakanson (22-03-1996, Estocolmo), a sus 20 años,ha sido una pieza fundamental para hacer competitivo a un CB Sevilla que toca ya con las manos la salvación.

-En la segunda vuelta, con usted al mando, el balance es de cinco triunfos y cuatro derrotas. Le ha cambiado la cara al equipo.

-Las cosas nos van bien ahora, pero no vi los partidos antes como para hacer esa afirmación. Todos sumamos, aunque viendo los números sí que muchos jugadores han mejorado desde que yo llegué. Eso es bueno para un base.

-¿Pero usted es base o escolta?

-Siempre fui escolta, pero ahora me siento muy cómodo como director de juego. Me gusta la responsabilidad que tengo.

-Ya en Riga tomó ese rol.

-Carlos Frade confió mucho en mí y en la VTB dispuse de minutos ante grandes rivales. Estoy contento de haberme ido allí porque salió bien, jugué mucho y aprendí mucho. El pasó por allí me dio el empaque para jugar. Me dio seguridad en mí mismo.

-¿Cómo acabó tan lejos?

-Buscamos una cesión en la ACB, pero ningún club me quería como segundo base.

-Y acabó en Sevilla como titular.

-No sabía cuánto iba a jugar, pero aquí me siento cómodo. Es fácil estar a las órdenes de Luis Casimiro y con estos compañeros. Ahora más, que estamos en un gran momento como equipo.

-Y eso que el VEF Riga no lo puso fácil para dejarlo marchar. ¿Cómo pasó esos días?

-Muy nervioso. Estaba deseando venir porque era una gran oportunidad para mí, pero no se cerraba. Cuando la FIBA le dio la razón al VEF fue un palo, pero por fortuna todo se solucionó. El Barça me quería aquí, también el CB Sevilla y yo. Era lo más lógico.

-¿Preguntó a alguien por Sevilla?

-No pude hablar con Satoransky, pero en Riga jugaba con Guille Rubio, que estuvo aquí. Por todo lo que me dijo, parecía que él también quería venir.

-Anderson no funcionó antes. ¿Qué le pidió Casimiro?

-Desde el primer entrenamiento me pidió energía. Es lo que me pide, en ataque y en defensa, y jugar para el equipo.

-¿Para un canterano del Barcelona es más fácil triunfar fuera?

-Llegué a Barcelona con 15 años. Te cuidan bien, vives en La Masía, que es como un hotel, vas al colegio... Quizá es complicado hacerte un hueco, porque el nivel es más alto y la aspiración del club es ganarlo todo. No pueden esperar a un canterano y por eso es mejor ir cedido para crecer y demostrar lo que vales.

-Y Sevilla apuesta de verdad por los jóvenes.

-Aquí no hay miedo a jugar con jóvenes. Es un sitio que ya me llamaba la atención y lo seguía más por eso. Porzingis, Balvin, Satoransky, Radicevic... El curso pasado vine con el Barcelona cuando perdimos con Hernangómez como MVP.

-Como ellos, parece que su adaptación ha sido rápida.

-Es fácil. Una gran ciudad, un gran club y un gran equipo, aunque lo cierto es que estoy sorprendido por mi rendimiento. El año pasado cuando entraba unos minutos con el Barcelona estaba muy nervioso. Ahora, no. Me siento seguro y sólo quiero tener el balón en las manos.

-Incluso en Málaga en su debut. ¡Vaya triple falló! ¿Le echaron la bronca?

-No, no. Era mi primer partido y tenía muchas ganas. Me sentía bien para lanzarlo porque poco antes había metido uno. Si tengo la oportunidad no me voy a cortar, pero he aprendido que en los momentos calientes Bamforth es nuestro hombre. Prefiero que lo haga él, pero si tengo opción tampoco voy a dudar.

-Le ha quitado el puesto a Miljenovic. ¿Cómo se lleva con él?

-No competimos entre nosotros, trabajamos para el equipo. En los entrenamientos yo quiero ganarle y él quiere ganarme, pero es rivalidad sana. Es bueno tener a dos jóvenes con tanta hambre y ganas de aprender.

-¿Con qué ídolos crece un chaval en Suecia que juega baloncesto?

-Bueno, ahora todos los niños quieren ser Ibrahimovic. Es un ídolo nacional, quizá porque no parece sueco. Yo tuve a mi padre, (Ule Hakanson), que jugó con la selección más de 100 veces, pero antes probé también con el fútbol o el golf. Pero al final no me gustaba entrenar al fútbol y la apuesta por el golf en mi país era complicada. Sólo podía jugar en verano, y claro, era imposible.

-Ha hablado de la selección sueca. Parece que viene una buena hornada de jugadores.

-Se están haciendo las cosas bien. Tenemos a NBA como son Jeffery Taylor (Real Madrid) y Jonas Jerebko (Celtics), que son las referencias ofensivas, pero también a Eriksson (Barcelona), Borg (Bilbao) o yo mismo. El objetivo este verano será clasificarse para el Eurobásket, aunque será complicado en un grupo con Bosnia y Rusia. Si estamos todos, lo pelearemos.

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