Bajo el 4-2-3-1, fueron los laterales, Figueiras y Tremoulinas, los que hallaron los caminos en ataque. Tener a Krychowiak imponiendo su mando por delante de la zaga, marcando el territorio, rebañando balones y haciendo coberturas a la derecha y a la izquierda facilitó que por una banda u otra, el portugués y el francés se animaran. Bajo el 4-4-2, en la última media hora, hubo más juego por dentro: Vitolo aprovechó el paso adelante de los belgas para dar continuidad a los robos de Krychowiak o Mbia y aprovechar los movimientos de Bacca y Gameiro, quien mejoró con el colombiano a su lado. Dos versiones, cada una con sus virtudes. Y sus defectos: el Sevilla debió sentenciar antes a un equipo tan ramplón.

Defensa

Lo previsto de las líneas enemigas: la lucha sin cuartel, al límite, yendo a cada pelota con todo y con más de ese pandillero llamado De Camargo, una especie de copia desmejorada de Diego Costa; y, por la derecha, el empuje y el golpeo de Mpoku, como ya se vio en el partido que los sevillistas jugaron en Bélgica. Eran las dos amenazas del Standard, que, sin embargo, apenas asomó por el costado izquierdo de su ataque. Por ahí adelantó Vukomanovic a Van Damme, el habitual lateral izquierdo. Y éste ofició más de segundo tapón que de amenaza para Figueiras, que aprovechó la escasa exigencia defensiva para tirar para arriba.

La única fase de cierta inestabilidad atrás llegó en el cuarto de hora final de la primera parte. Bajó la tensión colectiva del Sevilla y el Standard trató de apretar arriba, con los bulliciosos De Camargo y Louis yendo a por todas. Al menos provocaron alguna que otra falta peligrosa y en una de ellas llegó el afortunado gol de Mpoku, cuyo lanzamiento de falta directa se marchaba fuera, pero varió su destino hasta la red al tocar en Denis Suárez.

Ataque

Malas noticias: Deulofeu sigue sin entrar en la dinámica del grupo, sin asociarse con Figueiras por fuera, con Denis o Reyes por dentro. Ni siquiera probó su especialidad, la acción individual. Su cañón sólo hizo daño de verdad a balón parado. A Denis le cuesta también conectar con los de atrás para dar continuidad a la jugada, su fútbol es más de aparecer en una banda o en la media luna, con el ataque ya más avanzado. Y como Mbia sigue con el toque perdido, todo derivó en un fútbol demasiado directo, mucho pase largo. Algunos, eso sí, acertados a la espalda de la defensa belga, por donde se colaron Figueiras y Tremoulinas.

Reyes se fue entonando al final de la primera parte y firmó la jugada del partido, trufada de paredes e improvisaciones sobre la marcha. Mala suerte que se lesionara cuando más a gusto estaba.

Con su relevo, Vitolo, hubo más hilazón por dentro. El canario conduce con la cabeza levantada. Y si Gameiro tiene también a Bacca para marcar líneas de pase, tanto mejor.

Virtudes

Tener a Krychowiak facilita que todo encaje más arriba. Y que los laterales suban.

Talón de Aquiles

Tardó demasiado en sentenciar y lo pudo pagar.

Uno por uno

Beto Ir a lo loco a balones a veces innecesarios eleva las posibilidades de lesión.

Figueiras Hiperactivo arriba, desdoblándose para recibir en el área (debió marcar el 1-0) o penetrando desde atrás.

Pareja Se las tuvo tiesas con De Camargo. Y ganó el pulso.

Carriço Su aplomo y sobriedad son una garantía.

Tremoulinas Profundo y con toque tanto para lanzar al extremo como para colgar balones peligrosos al área. 

Krychowiak La clave táctica del actual Sevilla. Es el eje que asegura el equilibrio. Un jugador muy poderoso.

Mbia No anda fino en el toque, pero cuando las líneas se separan y hay espacios aparece con su despliegue. Así fue en la segunda parte.

Deulofeu No termina de acoplarse al juego colectivo. Letal a balón parado. 

Denis Suárez Es mediapunta, no organizador. Y aunque no tenga aún tablas para tirar del equipo, su calidad aparece entre líneas.

Reyes Tardó, pero emergió su musa. Marcó un gol de pura magia, pero pronto se lesionó.

Gameiro Atascado como único punta. Mejor con Bacca a su lado abriendo espacios.

Sergio Rico Una buena parada. Discreto con los pies.

Vitolo Conducciones con sentido hacia el peligro.

Bacca Oportunista.