Parece que Jiménez lo coloca en la banda izquierda, pero es un engaño. El cambio en la posición de Romaric en el campo ha posibilitado que se pueda ver la medida que puede dar un jugador que llegó al Sevilla rodeado de críticas que no le han abandonado casi en ningún momento. Ahora, recién llegado de un partido marcado por el drama en Costa de Marfil, reconoce encontrarse más cómodo y con más facilidad para hacer fluir su fútbol y la calidad de su pierna izquierda. Ello acaba redundando en el juego del equipo, cuya movilidad de piezas abre más vías de cara a la victoria. El medio, que parece ofrecer sus mejores partidos como sevillista, se refirió ayer a esta nueva disposición táctica que no sólo le afecta a él sino a todo el equipo.

"Vosotros veis que yo comienzo el partido en la izquierda, pero para mí no es así. Yo me muevo al medio del campo. Comienzo desde ahí, pero tengo libertad para cambiar la posición con Renato, con Aldo (Duscher). Eso nos da más movilidad y más soluciones. Yo creo que ahora el Sevilla juega mejor porque hay más movilidad. Eso es importante para nosotros. Si tengo el balón puedo jugar bien y creo que ahora estamos mejor porque también nos sacrificamos por los compañeros", declaraba el jugador de Costa de Marfil, consciente de que su fútbol a lo largo de la temporada ha ido creciendo poco a poco: "Espero que en todos los partidos pueda dar un poquito más. Confío en que logremos la tercera posición y que la temporada que viene juguemos la Liga de Campeones".

Para que ello no ocurra, Romaric cree que tiene que suceder una catástrofe, como han indicado otros compañeros. El ex jugador del Le Mans piensa que el objetivo está al alcance de la mano: "Creo que si ganamos cuatro partidos seguro que estaremos en la Champions. Por eso es importante antes de jugar con Barça, Madrid y Villarreal ganar el partido de Huelva y el siguiente en casa".

Como no podía ser de otra forma, Romaric también reflexionó sobre el drama ocurrido en el partido que disputó ante Malawi. El sevillista está bastante afectado con los 19 fallecidos con que se saldó una catástrofe que pone en entredicho la seguridad en los estadios de África. "Estamos bastante mal, obtuvimos la información después del partido y todavía no llegamos a entender cómo puede pasar esto en un partido. En ningún momento nos pudimos plantear no jugar porque no sabíamos lo que había pasado", dijo el centrocampista, quien igual que comentó Kone después de lo ocurrido, también tenía familiares y seres queridos en el estadio. "Estaba mi padre, mi madre, mis familiares... Afortunadamente, están bien, pero de todas formas en mi país cuando muere alguien es como si fuera de la familia".