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La lógica austera de Lucas

  • Alcaraz trabaja para devolver al Levante su perfil de equipo pegajoso, ordenado y con un fútbol directo que puede amargar el día al más pintado

No acababa de encajar la búsqueda de la excelencia de José Luis Mendilíbar con la sobriedad a la que está obligado el Levante de Quico Catalán. El técnico vasco fue destituido en la séptima jornada después de una racha imposible a la que también contribuyó una plaga de lesiones que se ha llevado por delante a todos los defensas en algún momento y que aún padece el que ha sido su sustituto en el banquillo del Ciudad de Valencia. Con Lucas Alcaraz, el equipo granota busca recuperar el perfil que tuvo con Joaquín Caparrós y, anteriormente, Juan Ignacio Martínez. La veteranía y el oficio de muchos de sus hombres invitan a un fútbol con una lógica más austera, y ahí el técnico granadino se las ingenia como nadie para sacar rendimiento a equipos de bajo presupuesto con cuatro ideas tácticas, un mayor orden defensivo y el rechazo del fútbol de oropel embustero. Se trata de competir, al fin y al cabo, sobre todo si las arcas no están para alharacas.

sin balón

La línea de presión, lógicamente, ha retrocedido una decena de metros con Alcaraz respecto al frustrado empeño de Mendilíbar. Diop, unas veces acompañado por Simao Mate, otras por Sissoko y, últimamente cada vez más, por el joven Camarasa, es el encargado de poner el puesto de mando en la medular para el trabajo de zapa. En la defensa han estado lesionados los nueve hombres y hasta el flamante internacional sub 21 Camarasa ha actuado de central por el cúmulo de bajas. Juanfran ha dejado el lateral izquierdo para actuar de central, donde faltará un clásico como Héctor Rodas por problemas musculares. Y en los dos laterales ha habido baile por el mismo problema. Aun así, Alcaraz va dando ya con la tecla de un equipo reconocible en el que todos están obligados a ayudar en la presión y, sobre todo, en el repliegue, más intensivo que antes.

Para canalizar la disciplina defensiva, el técnico granadino abandonó su peregrina idea del 4-3-3 para apuntalar un 4-4-2 en el que apenas Ivanschitz, en la izquierda, tiene cierta libertad para saltarse la norma común de hostigar al primero que pase por el lado, desde Barral hasta Rubén pasando por Víctor Casadesús.

con balón

Una de las primeras órdenes que ha dado Alcaraz es que el manoseo del balón está prohibido. El Levante busca ahora más el juego por fuera, evitando que los medios centro lo arriesguen gratuitamente. Hay juego directo, claro, y Víctor Cadasadesús ofrece, cayendo a la mediapunta, una buena referencia por arriba para prolongar balones, mientras que Barral es un incordio por su movilidad y por su capacidad para chocar con los centrales. Las diagonales desde la derecha de Rubén, a pierna cambiada, la calidad de Ivanschitz en el golpeo desde la izquierda y la recuperación del juego de estrategia son armas que el Levante tratará de aprovechar de nuevo. Así ganó en Nervión el año pasado. Gavilán, aun participando poco, puede ayudar desde el banquillo a aportar algo de calidad a los lanzamientos.

lo mejor

Con Alcaraz, el Levante vuelve a reconocerse como equipo sólido y conocedor de sus limitaciones.

lo peor

Falta de alternativas y de calidad en ataque y muy poco gol.

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