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"La medalla me sabe mejor hoy"

  • Kevin López, subcampeón de Euroba bajo techo, comienza a valorar un día después de la final su gran éxito. "Quería ganar a toda costa, pero esto es algo que no está alcance de cualquiera".

Cansado después de tres carreras en otros tantos días, el estrés de una gran final internacional y un viaje interminable desde Gotemburgo, con madrugón (4:30 de la madrugada) por medio, Kevin López, flamante subcampeón de Europa bajo techo de los 800 metros, ya está en casa con su medalla de plata. Un éxito para cualquiera, pero no ha sido hasta ahora cuando el loreño, un ganador incansable, ha comenzado a valorar la dimensión de un premio que no está al alcance de muchos.

"Ahora comienzo a asimilarlo todo y a valorar lo que he conseguido. Hoy la medalla me sabe un poco mejor. Lo cierto es que tras la final tenía peor sabor de boca porque creía que podía ganar. Quería ganar a toda costa. Antes de salir sólo pensaba en el oro, pero sé que el resultado es para estar contento", afirma el atleta, que desde antes del Europeo sabía que Adam Kszczot, campeón a la postre, era el rival a batir: "Sabía que los dos éramos los que llegábamos en mejor forma. Le gané en Karlsruhe y después me venció en Dusseldorf. Intenté hacer mi carrera, como en semifinales, estando en cabeza desde el principio, pero en el paso por el 400 ya sentía que no estaba como el día anterior. Había gastado un cartucho y quizá lo noté, pero eso no es excusa. Él estuvo más fuerte y me superó. Ahora pienso que me ganó uno de los mejores del mundo y que he logrado un subcampeonato de Europa, que no es cualquier cosa". ¿De quién se acuerda ahora? "De todos los que me aguantan a diario. Mi familia, mi entrenador, mis compañeros, mi novia...", afirma Kevin, que hizo parada en Córdoba para recibir la felicitación de su pareja, Arantxa Vega, que ya dejó el tartán hace unos años para centrarse en sus estudios de Medicina.

Y es que la plata es un paso más en la progresión de loreño, bronce hace dos años en el Europeo bajo techo de París. "Voy mejorando. Las sensaciones son mejores que hace dos años. A ver si el oro llega pronto", afirma el sevillano, que puso el broche a la temporada de invierno en Gotemburgo y ahora intentará desconectar unos días antes de ponerse de nuevo "manos a la obra". En el horizonte está el Mundial al aire libre de Moscú este verano. "Queda lejos, pero es el objetivo", apunta el protagonista, que espera que el buen resultado de la selección sirva "para que se hable del atletismo por los éxitos y la nueva generación que viene desde abajo, y no por el dopaje y las polémicas en la Federación". Y su plata puede tener otro fin: "En La Cartuja entrenamos esquivando a niños y aficionados. Me encanta que haya afición al atletismo, pero necesitamos otras condiciones de trabajo".

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