Atlético | sevilla · informe técnico

Más de 85 minutos sin un plan B

  • Quique Flores ordena un paso adelante y ayudas sobre Jesús Navas y Perotti y desnuda a un Sevilla sin alternativas en ataque · Jiménez 'colabora' en expulsar a Duscher al no cambiarlo cansado y con tarjeta

El Sevilla le regaló tres puntos, tres, al peor Atlético de Madrid de la contemporaneidad. Los rojiblancos son un equipo por hacer, sin alma y sin fútbol, pero Manuel Jiménez y sus hombres parecieron empeñarse en darle vida con dos fallos que supusieron dos goles y, lo que es peor, con un ramillete de decisiones equivocadas que ni el gol de Renato al filo del ecuador fue capaz de esconder.

Las ausencias que presentaba el cuadro nervionense pesaron lo suyo. Principalmente porque Zokora, Kanoute y Luis Fabiano, amén de ser referentes claros de su fútbol, se ubican siempre por el eje. Sin ellos, el partido del Sevilla habría de jugarse en las bandas, el lugar donde los mismos deben decidirse (es una cosa distinta), pero la estrategia le duró a Jiménez apenas cinco minutos.

Quique Flores vio enseguida cómo Jesús Navas y Perotti le podían destrozar lo poco que ha logrado construir y dio las consignas precisas para evitarlo: el Atlético adelantó su defensa y tanto su pareja de medios centro como sus extremos estuvieron prestos para socorrer a sus laterales. Ahí, y fue prontísimo, murió el Sevilla en ataque.

Aun así, los rojiblancos son hoy tan poca cosa que el once de Jiménez se agarró siempre al partido y flirteó hasta con la victoria.

Defensa

Una sola ocasión de gol va a crearle el Atlético al Sevilla en todo el partido, y es en un contraataque en la primera mitad que Forlán desaprovechó solo ante Palop aunque escorado. Con Dragutinovic y Konko muy seguros y enmendado a sus parejas de baile, dos fallos individuales derivarían en los goles rojiblancos. En el primero, un mal pase a la banda de Jesús Navas lo hizo malísimo Fernando Navarro, poco contundente, al igual que Squillaci a continuación. Luego, el lateral catalán cometió una falta absurda en el alargue, con el hombre a marcar de espaldas a la portería, que originó el 2-1.

Eso así, a raíz del primer gol Atlético, el Sevilla anduvo grogui unos minutos. Perdió balones absurdos en el mediocampo y Duscher, además, fue quedándose sin aire y cometiendo faltas. Sorprendentemente, Jiménez decidió sacar del campo a Romaric, más acertado en defensa que el argentino y sin tarjeta, y poco después este último fue expulsado.

Ataque

Arriba el Sevilla no existió. Marcó a balón parado porque no creó una sola ocasión de gol en 90 minutos. Su fútbol, salvo cuando llega a pies de los extremos, es previsible y lento. El ritmo, sin Zokora, también es exclusivo de las bandas y lo único que trabajó bien el Atlético fue la defensa más que mixta que aplicó en todo momento sobre Jesús Navas y Perotti, sin necesitar echar mano de las faltas excesivamente.

El Sevilla no tiró de un plan B sencillamente porque no lo tiene. Su centro del campo, a cada momento además con las líneas más separadas y presionando más atrás, se muestra incapaz para un juego combinativo, siquiera para un pase con ventaja hacia Renato o Negredo. El primero, además, es un llegador y desde la mediapunta participa poco en el juego; el segundo no está. Kone llegó muy tarde al partido, con el Sevilla a punto de quedarse con diez, y se vio ya solo.

Virtudes

La valentía de salida.

Talón de aquiles

Al equipo le faltó personalidad con el balón y creérselo más frente a un rival malísimo.

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