Sevilla - Betis

Un morbo al que son ajenos

  • Míchel y Mel, elegantes, pasan de puntillas sobre la mala relación que se les atribuye.

En Sevilla coge muy lejos, pero desde el aterrizaje de Míchel en nuestra ciudad se comenzó a alimentar, vía Madrid, que a él y a Mel los unía una mala relación pese a que fueron compañeros en las categorías inferiores del Real Madrid. Se llevan menos de un mes: Mel nació el 28 de febrero de 1963, Míchel, el 23 de marzo. Y ambos se mostraron, cada uno en su estilo, muy elegantes ante un morbo que a ninguno le gusta y ante el que se sienten ajenos, amén de incómodos.

Míchel, incluso, tiró de ironía y salió por peteneras cuando le formularon la pregunta: ¿Cuál es a día de hoy su relación con Pepe Mel? Se dice, se ha hablado mucho de que después de compartir vestuario en los juveniles su relación se deterioró... "Si desde juveniles se deterioró…, estaríamos separados ya. Es una relación normal, ni distante, ni fría, ni cordial, nada más". ¿Son amigos, como ha dicho Mel? "Yo no sé lo que él me considerará", respondió lacónico el sevillista.

El verdiblanco también fue preguntado por su relación personal con Míchel e igual se fue por los cerros de Úbeda. "Tengo la suerte de no tener ningún problema con nadie del fútbol. Soy honesto y para mí lo que es blanco es blanco y lo que es negro, negro, nunca gris. Siempre voy de cara y eso a veces me causa problemas. Mañana voy invitado a una casa que no es la mía y estoy seguro de que nos van a recibir muy bien. Entiendo que el público nos pite cuando salgamos al campo, pero yo no tengo problemas con nadie", zanjó el asunto.

Un asunto que, según se cuenta en los camerinos periodísticos capitalinos, podría tener su origen cuando Mel, en el verano de 2006, firma por el Rayo Vallecano en sustitución de Míchel. Hay quien cuenta que éste le regaló a su sucesor en el banquillo corbatas, "porque las que él usaba le quedaban cortas". Otros cuentan que fue Mel quien, queriendo poner las pilas a la plantilla le dijo algo así como "aquí se han acabado ya los trajes y las corbatas", en señal de que había que arremangarse.

Cuánto hay de verdad y cuánto de leyenda quizá nunca se sepa. Lo que sí es evidente es que los protagonistas no alimentan este morbo. No lo hicieron ya cuando se vieron el curso pasado en la eliminatoria Betis-Getafe de Copa del Rey, que ganó Mel. Ni ahora, al contrario.

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