Con el calendario ya en los dietarios de técnicos, preparadores físicos y directivos, el Sevilla de la temporada 2009-10 se puso en marcha ayer con todas las de la ley. La mente está ya puesta en ese Valencia-Sevilla que abrirá oficialmente el curso de un equipo que se juega muchísimo en su vuelta a la Champions. El entrenador parte con la espada de Damocles sobre su cabeza curiosamente por lo alto que puso el listón y -ahí entra la dificultad- por el poco crédito que pese a ello llegó a reunir entre un sector de la afición y también la parte más crítica de la prensa.

Los campos de la ciudad deportiva fueron escenarios ayer de las primeras carreras en sevillista. Los profesionales a los que ya se les acabaron las vacaciones se preparan para una dura pretemporada que comenzó por la tarde y que seguirá hoy en Pineda y en Costa Ballena, paraje gaditano -roteño para más señas- en el que ya cargó pilas hace un año y que será el centro de operaciones de esta primera fase de preparación de cara a la competición. Aún faltan por incorporarse los jugadores internacionales, el único fichaje cerrado hasta el momento, Zokora... pero el grupo en su mayoría ya está en movimiento y eso ya es noticia porque las expectativas son muchas y aún hay cosas por decidir. ¿Como cuáles? El futuro de Luis Fabiano, qué pasará con Maresca, Chevantón e incluso Dragutinovic, si el próximo en llegar será Jesús Gámez...

Pesos pesados del vestuario como Palop o Adriano comentaron sus primeras impresiones tras pasar las pruebas físicas de rigor. Los buenos propósitos suelen ser norma común en esta época del año y en el Sevilla no puede pasarse por alto la presencia del equipo en la Champions. La misión del año pasado era conseguir jugar la Liga de Campeones y ahora el vestuario blanco se juramenta para llegar lo más lejos posible. "Tenemos que mejorar lo que hicimos en la anterior participación. Los rivales no estarán contentos con que el Sevilla les toque en su grupo", decía el guardameta valenciano, quien también celebraba la llegada de Zokora, un jugado al que ha seguido. "Ya nos enfrentamos contra él en dos ocasiones y, por lo que hemos visto es un jugador muy interesante para nosotros. Lo mejor es hacerle fácil la integración; que se acople bien al equipo porque creo que cuando viene un jugador de fuera, siempre es complicado".

Adriano llegaba también muy feliz y satisfecho con el nivel físico ofrecido en el primer día. "La verdad es que me he encontrado muy bien. No he hecho nada en vacaciones y pese a ello me sentí bien", comentaba sin querer ocultar que su deseo esta temporada es "hacer un buen papel colectivamente y volver a la selección brasileña", precisó, no sin matizar que sólo sería posible "como lateral izquierdo. Es un puesto que no está fijo y hay que intentarlo", decía.

Dos almas gemelas el ejercicio pasado: jóvenes, argentinos y con un año para olvidar por culpa del tobillo. Acosta y Fazio. El primero venía con otra cara en su primer día. Dijo sentirse recuperado y con buenos deseos. "Dios quiera que sea mi año y que cumplamos los objetivos. La campaña pasada podría haber sido mucho mejor, pero pude ver el fútbol español y europeo. El balance fue positivo pese a que por la lesión no pude tener continuidad y también jugué muchos partidos infiltrados. Ahora tengo que dar más", reconocía a pesar de saber que tendrá mucha competencia con Alfaro, Kone, Perotti...

A Fazio le ocurre tres cuartos de lo mismo. Ha llegado Zokora, un jugador al que dice que vio jugar "mucho". Por lo menos, su lesión de tobillo está olvidada. "Ya antes de irme estaba recuperado, hice trabajo de fortalecimiento en Argentina en las vacaciones y ya estoy más o menos bien", subrayó antes de pronunciar sus deseos para la temporada que empieza: "Ojalá este año pueda conseguir títulos. Si nos va bien grupalmente será bueno para cada uno en lo personal". Que así sea.