Los nuestros | Paco Domínguez, portero del equipo cadete del Waterpolo Dos Hermanas

Un muchacho que se agranda bajo los palos

  • Este verano, el quinteño Paco Domínguez fue designado mejor portero del Campeonato de España infantil de waterpolo, en el que el Dos Hermanas alcanzó la final

  • A sus 14 años, esta temporada da el salto al equipo cadete

Paco Domínguez (2005, Montequinto) vivió en los últimos días del mes junio, en Málaga, una de las experiencias más emocionantes de su carrera en el waterpolo, que afortunadamente aún está en una etapa temprana. Agrandándose bajo los palos del Dos Hermanas, ayudó al equipo nazareno a alcanzar la final del Campeonato de España infantil y acabó designado como mejor portero del torneo. Y no era para menos: había parado diez penaltis. Él, de todos modos, prefiere resaltar la labor coral de sus compañeros. “Con trabajo en equipo se consigue todo”, dice.

Y es que lo conseguido, un subcampeonato de España infantil, es inédito para un club andaluz. Pues ningún equipo de la comunidad había llegado antes al partido por el título en esta categoría. “Mi entrenadora no esperaba que fuésemos a llegar tan lejos, pero nos esforzamos muchísimo y nos metimos en la final”, comenta Paco.

"Empecé a jugar a waterpolo con seis años y me hice portero cuando pasé de prebenjamín a benjamín"

Pese a que firmó grandes actuaciones, es autocrítico y admite tener una espinita clavada a nivel individual. “Podía haber dado más de mí. Hubo un partido contra un equipo de Cataluña, el Mataró, en el que estuve un poco mal y no paré mucho”. Lo cierto es que aquella fue la única derrota del Dos Hermanas en la fase de grupos, en la que antes venció al CN Barcelona y al CN Godella valenciano. Luego, en las eliminatorias, se deshizo del Brains y del Real Canoe, ambos madrileños. Ya en la final, fue el Atlétic Barceloneta quien se impuso.

En realidad, el haber podido disfrutar de un torneo como este es el resultado de muchas horas y muchas temporadas en la piscina. “Yo empecé a jugar a waterpolo con seis años”, explica Paco, que el pasado 2 de abril cumplió 14. “Estaba en natación, pero mis padres me dijeron que lo probase y me gustó bastante. Luego, cuando pasé de prebenjamín a benjamín me hice portero”.

Esta temporada le toca dar el salto a cadetes. Y reconoce que no va a ser fácil, pues la mayoría de la plantilla va a estar compuesta por cadetes de primer año al haber pasado la mayoría de los de segundo al equipo de juveniles. “Somos más jóvenes, pero el objetivo de este año es llegar al Campeonato de España y partirnos la cara otra vez”, expresa muy convencido.

El hecho de haber sido el mejor guardameta de una competición en la que había clubes de todo el país no se le sube a la cabeza. O eso asegura su padre, que tambié responde al nombre de Paco. “Él mismo se controla. No es un niño que se lo crea”, asegura. Él pudo disfrutar in situ el éxito de su hijo, en el Centro Inacua de Málaga. “Paco parece que en los momentos más difíciles y de más tensión al principio se viene un poquito abajo. Pero después se crece y cuando tiene que dar el callo está ahí. Y el tío se paró diez penaltis, todos los equipos dándole la enhorabuena, los entrenadores preguntaban por él… Fue estupendo”, recuerda.

“Estamos muy orgullosos de él y animándole a que siga. Aunque se tiene que preocupar por los estudios, que son lo primero”, apunta. De momento, Paco compagina el waterpolo y los libros de texto bastante bien. Su padre admite que es muy perseverante en lo primero. “Él siempre está dispuesto a ir a entrenar. Con las niñas, con los juveniles o con los absolutos. Y eso tiene su recompensa”, acota. En Málaga la tuvo, desde luego. Paco lo valora como “una experiencia muy bonita”, no sólo por lo deportivo, sino también por la convivencia con sus compañeros en los cuatro o cinco días que pasaron allí. Pues más que compañeros son amigos.

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