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Las mujeres tiran del carro

  • España concluye el torneo con tres metales de Belmonte, dos platas de Ona Carbonell en sincronizada y el segundo puesto del waterpolo femenino

Mireia Belmonte celebra su victoria en la final de los 200 metros mariposa del Mundial.

Mireia Belmonte celebra su victoria en la final de los 200 metros mariposa del Mundial. / PATRICK B. KRAEMER / efe

Tres medallas a cargo de Mireia Belmonte, con el esperado oro mundialista, las dos platas en el solo de Ona Carbonell en natación sincronizada y el enorme subcampeonato de la selección femenina de waterpolo resumen los éxitos de la delegación española en los Mundiales de Budapest, donde una vez más ellas volvieron a tirar del carro.

En natación, Belmonte ha vuelto a ser la gran referencia. En Budapest, después de un dubitativo inicio, se rehízo a lo grande y se colgó la medalla que le faltaba, un oro en un Mundial para cerrar el círculo de metales.

Lo logró en los 200 mariposa, su prueba fetiche. Además sumó dos medallas más a su botín, una plata en 1.500, por detrás de la inabarcable Katie Ledecky, y otra en los 400 estilos, territorio Katinka Hosszú.

La otra protagonista fue Jessica Vall, que cumplió sobradamente, nadando las finales de los 100 y los 200 braza, en sendas pruebas de mucho nivel.

Del resto, salvo África Zamorano, quien estuvo en las semifinales de los 200 espalda y rebajó su tiempo, no hubo buenas noticias. En aguas abiertas, la nadadora malagueña júnior Paula Ruiz demostró sus posibilidades, especialmente en los 5 kilómetros.

En sincronizada, Ona Carbonell volvió a liderar el equipo y se llevó dos platas en las pruebas de solo, en las que únicamente la rusa Kolesnichenko estuvo por encima de ella.

Pese a quedarse lejos del podio en las pruebas por equipo, España tiene mucho margen de mejora con nadadoras muy jóvenes que empezarán un nuevo ciclo a partir del próximo septiembre con la llegada de la japonesa Mayu Fujiki en sustitución de Esther Jaumà.

En waterpolo, la selección de Miki Oca volvió a lo más alto del concierto internacional, que en estos momentos es conseguir la plata ante la imposibilidad de acceder a la cima, escalón en el que Estados Unidos se encuentra desde hace tiempo.

El cuadro español, con alguna ausencia importante (Maica García y Roser Tarragó), mantuvieron su buena estructura y se renovó con jóvenes jugadoras de talento, como Bea García o Paula Leitón. Con 17 años, Leitón fue elegida la mejor boya del torneo.

España llevaba tres años fuera del podio y ha vuelto. En el masculino, el nuevo seleccionador David Martín tiene camino por recorrer, también con un joven equipo que necesita rodarse. Le faltó fe en sus posibilidades y acabó noveno en un torneo en el que la gran sorpresa fue la eliminación de Serbia en semifinales y la derrota de Hungría en la final disputada en casa. Croacia ejerció de verdugo de ambas.

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