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Un negocio no redondo, redondísimo

  • El coste para el club en los cinco años de Porzingis merodeó los 100.000 euros y ahora multiplicará por ocho los beneficios en su adiós

Contratos de larga duración, con opciones de corte únicamente por parte del club y sueldos asequibles al tratarse de jovencísimas apuestas. Ésa era la política de incorporaciones del Cajasol hasta el pasado verano, cuando se truncó la hoja de ruta y empezó a malgastarse el dinero en cuestiones que nada tienen que ver con la planificación a largo plazo, ese método pergeñado desde la planta noble de San Pablo para buscar vías de financiación en forma de traspasos futuros que dieran aire económico.

Los números cantan y a poco que salga un mirlo blanco puede ser más que rentable la inversión en talento joven. Si por Satoransky, que terminaba contrato, el CB Sevilla recibió más de 150.000 euros por el acuerdo con el Barcelona por derechos de formación, el caso de Kristaps Porzingis supone un buen ejemplo de que el trabajo desde la base permite obtener altos beneficios. A la larga.

Desde que Salva Méndez, un agente-ojeador que más tarde se incorporara a la disciplina de la agencia de representación U1st, ofreciera al Cajasol en 2010 a un chico delgaducho, hiciera pruebas en Sevilla y fuera fichado hasta hoy han pasado más de cinco años. El báltico, elegido número cuatro en el pasado draft por los New York Knicks, se ha convertido en una de las perlas del baloncesto mundial y mucho tiene que ver la labor desempeñada en el laboratorio del pabellón de Kansas City.

El negocio no es que le haya salido redondo a los sevillanos. Ha sido redondísimo a tenor del coste que ha supuesto la formación aquí de Porzingis respecto a la cláusula de rescisión que deberá abonar para marcharse a la Gran Manzana, con la inestimable ayuda de la franquicia neoyorquina, que puede aportar más de medio millón de euros para la salida del chico.

Su adiós tiene un precio: 850.000 euros, con algunos matices en función de dónde se marchara y quién hiciera efectiva la cláusula. No está nada mal la cantidad teniendo en cuenta que el gasto de sus cinco temporadas en Sevilla desde que arribara con 15 años merodea los 100.000 euros en total. En estos contratos multianuales que firmaba la entidad a sus promesas (2+2+1 era muy habitual) con opción de corte sin coste únicamente por parte del Cajasol, los sueldos, dadas las circunstancias al tratarse de chicos en plena formación, se reducían en principio a una beca mensual, el alojamiento -hasta el pasado verano era una residencia de la Diputación- y algunos billetes de avión a su país de origen. Alrededor de 10.000-12.000 euros costaría al año Porzingis durante sus tres primeras temporadas -un año de cadete y dos de júnior-, subiendo su nómina a unos 35.000 en su cuarto curso -primero de sénior- y en torno a 45.000 euros brutos el ejercicio pasado. Es decir, la inversión total oscila por los 100.000 euros para la entidad en este tiempo, una nimiedad teniendo en cuenta que ahora multiplicará por más de ocho los beneficios cuando se ejecute la cláusula de salida.

No es comparable su caso con el de Hezonja, cinco del draft y que deja en las arcas del Barcelona 1.600.000 euros. Para empezar, los azulgrana pagaron medio millón por ficharlo, ha cobrado durante tres campañas un sueldo suculento y, además, los catalanes se guardan los derechos del croata si decidiera volver a Europa. Por tanto, es lógico que su marcha sea el doble prácticamente que la de Porzingis, que ganará por campaña más de tres millones de euros en sus primeros años en Nueva York.

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