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Entre el nervio y el sosiego

  • Un triunfo en Miribilla certificaría prácticamente la salvación La tranquilidad de las 11 victorias frente a la tensión por llegar a otras cotas.

Con lo complicado que se hace ganar, menos fácil resulta hacerlo cada día. Ganar, ganar y ganar, ésa es la losa que pesa en la espalda de cualquier deportista, permanentemente obligado a hacerlo en detrimento de un adversario que pretende justo lo contrario. Con ese objetivo se desplaza a Bilbao el Club Baloncesto Sevilla, pudiendo lograr el más difícil todavía, es decir, continuar con la extraordinaria racha que mantiene en la segunda vuelta. Si los hombres entrenados por Luis Casimiro consiguen este mediodía horadar el fortín de Miribilla estarían sumando cinco victorias en los últimos seis partidos. Ahí es nada.

Más meritorio, si cabe, sería regresar victoriosos de la capital vizcaína teniendo en cuenta dos apuntes que vienen al caso. De un lado, que el equipo de Sito Alonso, con 13 triunfos y 14 derrota, cerca de la sexta plaza, se encuentra apenas a un paso de confirmar su participación en los play off por el título. Por el otro lado, que el Bilbao no ha dejado escapar los puntos de Miribilla en las últimas seis citas.

Con la dificultad que supone ganar cada domingo ya asumida desde el kilómetro 0 del viaje al País Vasco, el CB Sevilla ha de presentarse en la cancha bilbaína con una mezcla de sosiego y nervio. El sosiego responde al demarraje protagonizado en las jornadas precedentes. De encontrarse prácticamente en peligro de enmudecer en las cavernas del descenso, al equipo cajista le ha salido el gallito feriante y está ya más cerca de poder aspirar a los puestos de play off, que quién lo hubiera dicho al inicio de la temporada.

Indudablemente, a falta de siete partidos para el final de la competición y con 11 victorias en su haber, al CB Sevilla debe sosegarle esa sensación de que la meta de la salvación matemática será una cuestión de días. Sin embargo, no sobra en absoluto ese punto de tensión necesario en cualquier lance de competición que se precie. Al nervio de tener matemáticamente al alcance un puesto en el play off debe agregarse ese detalle, nada menor, consistente en acabar la Liga en un puesto en la clasificación que favorezca el apetito de posibles accionistas, patrocinadores e inversores que se animen en proporcionar estabilidad institucional en la entidad sevillana de baloncesto, a punto de cumplir 30 años en la elite nacional.

En este contexto se presenta el equipo sevillano en Miribilla. Distinto será cuando la pelota salte por el aire. De entrada, los cajistas se encontrarán a un diezmado Bilbao debido a dos bajas de última hora que deben tener una nada despreciable influencia en la dinámica del juego. Las lesiones de Clevin Hannah y Dejan Todorovic, base y alero, merman el juego exterior de un Bilbao que ha dependido durante gran parte de la campaña de esa faceta. Desde la periferia, pues, ha de asegurarse un arsenal de puntos que aprovechen no sólo las ausencias sino el probable agotamiento de un banquillo con apenas recambios. Otra cosa será qué depara el enfrentamiento en el interior de un Balvin desatado y un Jordan a más, por parte sevillana, ante el poderío de los pivots rivales, Begic y Marko Todorovic. La pelea por el rebote será feroz. Las ayudas, fundamentales. Quien sepa encontrar el equilibrio dentro-fuera se llevará el premio.

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